Huesca

CORONAVIRUS

La reapertura limitada de los bares de noche de Huesca es “sobrevivir y punto”

El ocio nocturno pudo reabrir sus interiores tras meses cerrados

Ambiente en el “Tubo” de arriba, reconvertido desde hace meses en zona de bares de terrazas
Ambiente en el “Tubo” de arriba, reconvertido desde hace meses en zona de bares de terrazas
Rafael Gobantes

La tímida reapertura del ocio nocturno tras meses cerrado se antoja insuficiente para el sector. En el primer fin de semana con cierre a medianoche y posibilidad de abrir en el interior (aunque con aforo limitado y la zona de baile reconvertida en mesas), pocos bares oscense han vuelto a subir la persiana ya que “no es rentable hacerlo”, afirma Miguel Ollés, portavoz del sector.

Ollés señala que el cierre a medianoche “no soluciona gran cosa” y añade que una opción sería “diferenciar entre el ocio nocturno y las cafeterías”, con unos horarios distintos para que unos y otros no se solapen.

En dos de los pocos bares de noche que han reabierto este fin de semana hasta las doce, la opinión es similar: “Es para sobrevivir y punto” o “menos mal de los ahorros” son dos frases que resumen el sentir del sector.

Maricruz Cedrún, de El Edén, explica que este fin de semana “no se ha trabajado nada” en ese horario ampliado. El sábado, “la gente venía cuando estábamos a punto de cerrar, como si fuéramos un refugio, pero yo tengo que cerrar como todos”.

La seguridad, pese a los aprietos económicos tras tantos meses de restricciones, continúa siendo “lo primero”. “Seguimos teniendo personal de admisión -como antes de la covid- aunque tengamos horario de cafetería por la seguridad de los trabajadores y los clientes”, subraya.

Una de las mayores quejas de Cedrún es que el Ayuntamiento no les permita poner terrazas en pasaje Avellanas: “Dijo que no porque pasa mucha circulación, pero entre ayer y anteayer (viernes y sábado) solo pasaron dos coches por la tarde”, refuta.

Tras cerca de un año y medio sin actividad normal, El Edén empieza a ver la luz, pero lo sitúa para “septiembre y sobre todo para 2022” y ahora todavía sigue “en el límite”. “Menos mal de los ahorros -dice Cedrún para explicar cómo han aguantado toda esta temporada-. Vamos a aguantar hasta que nos consumamos porque es el sueño de mi marido y no lo podemos tirar por la borda”.

Un dato que ilustra la situación de El Edén es que de 9 trabajadores antes de la covid, ahora solo quedan dos: Cedrún y su hija. Todos los demás siguen en erte porque el negocio no da.

A pesar de ello y de que “no nos dejan trabajar, yo estoy obligada a seguir pagando (impuestos), el alquiler tampoco baja y la luz, por tres días que abro, es de 800 euros”.

En cuanto a las ayudas, tendrá que esperar hasta septiembre para saber si se la conceden, “y luego está a ver cuándo la pagan”.

“Aguantamos pero no es para echar cohetes”

En el “tubo” de arriba, un bar se sumó este fin de semana al listado de los que ya abren.Se trata de La Habana y Carlos Omiste explica que, en “un bar pequeño” como el suyo, las restricciones dejan en una docena de personas el número máximo de clientes dentro, que se completan con las seis mesas que ha podido poner en la plaza Los Fueros.

“Si el Ayuntamiento da un poco más de vida y deja más mesas fuera, seguiremos, pero si no deja y llega el invierno con estas restricciones, será duro”, expresa.

Omiste indica que en estas circunstancias la apertura es “para sobrevivir y punto”. “Aquí, en la plaza, casi todos tenemos otro trabajo”, manifiesta sobre otra cuestión que les permita llegar a fin de mes. “Aguantamos pero no es para tirar cohetes”, resume.

De cara al futuro ya postpandemia, Omiste apunta que le gustaría mantener licencia de tarde y “cerrar un poco antes” por la noche.