Huesca

PATRIMONIO

El edificio del Obispado de Huesca, bajo vigilancia policial y a la espera del informe técnico

A comienzos de la próxima semana, posiblemente el lunes, se iniciarán los trabajos de desescombro en la tercera planta

El edificio del Obispado de Huesca permanece vallado y bajo vigilancia policial para evitar el paso de peatones ante la posible caída de cascotes desde la planta superior después de que este viernes se hundiera el 50 % del tejado por una fuerte tormenta.

A comienzos de la próxima semana, posiblemente el lunes, se iniciarán los trabajos de desescombro en la tercera planta de este inmueble en el que hay que realizar un exhaustivo informe técnico para evaluar daños y tomar las medidas oportunas para su recuperación.

Joaquín Naval, arquitecto de la Diócesis de Huesca, se ha mostrado prudente este sábado a la hora de avanzar información sobre el estado del edificio debido a que “hay que esperar” para conocer a ciencia cierta el impacto del desprendimiento en su estructura.

“En cuestión de accesibilidad o evaluación no puedo decir nada. Hay que esperar a la próxima semana para, en función también de las decisiones municipales, ver las opciones de accesibilidad que presenta o de retirada de escombros”, ha planteado.

El arquitecto de la Diócesis de Huesca ha manifestado que a partir de ahora se deben marcar una serie de pasos para determinar si el inmueble resulta accesible, “y en función de las decisiones que se tomen desde el Ayuntamiento la propiedad irá tomando también las medidas oportunas”.

El mismo día del derrumbamiento un equipo de arquitectos y técnicos municipales acudieron a la zona para evaluar lo sucedido mientras los Bomberos realizaban labores de retirada de las tejas que habían quedado sueltas en la parte superior y que resultaban peligrosas ante el posible paso de personas. 

“Desde el punto de vista de valoraciones, bomberos y medios municipales trabajaron para proteger la zona y luego poder actuar”, ha planteado Joaquín Naval, quien tampoco ha apuntado a una causa determinada.

“Sabemos que hubo una tormenta muy fuerte con aparato eléctrico y, lógicamente, fue una situación muy concreta en la que se produjo el hundimiento del tejado. Lo más lógico es pensar en que eso desencadenó esa situación de colapso parcial de la cubierta”, ha valorado.

Pese a ello se ha decantado por “no adelantar nada hasta que realmente se pueda profundizar más en la situación para ir poco a poco recuperando el edificio”.

En cualquier caso, ha comentado que el inmueble, construido en 1958 de nueva planta, no había dado muestras de ningún problema. “Estos temas de repente sorprenden. Además es un edificio sólido, de los años 60, y ha tenido una buena respuesta siempre. Otra cosa es que ante un acontecimiento, en este caso la tormenta, se haya provocado esta situación”.

La tercera planta tenía “poco uso” y acoge una capilla y una sala que se ha visto gravemente dañada. Todos las consecuencias del derrumbamiento de la cubierta, ha apuntado, “se irán valorando y los más importante es saber luego cómo y hasta dónde se puede actuar y con qué medidas para intervenir, proteger y recuperar lo que se pueda”.