Huesca

CORONAVIRUS

Los colegios de Huesca superan con nota el curso a pesar de la covid

Los centros escolares valoran que el impacto de la pandemia ha sido menor al esperado

Los centros educativos han extremado las precauciones contra el coronavirus.
Los centros educativos han extremado las precauciones contra el coronavirus.
Pablo Segura

La pandemia de covid golpea a todos los niveles. Los más nombrados son el sanitario (con casi 500 muertos en la provincia) y el laboral y económico, pero el coronavirus y las medidas adoptadas para paliarlo pasan factura en todos los planos. Ejemplo de ello es el educativo.

El coronavirus todavía deja huella en el curso que ahora acaba, ya que aún pesa el abrupto fin de clases presenciales de marzo del año pasado y su sustitución por sesiones telemáticas. Eso sí, en general el impacto de la covid en la educación ha sido menor del esperado, como también a lo largo del curso ha habido menos contagios en los colegios de lo que se podía pensar en septiembre.

Los colegios se prepararon haciendo planes de contigencia y la DGA puso refuerzos, por lo que todo indica que estos centros han superado con nota un curso muy complicado en el que la covid acechaba en las aulas.

Los colegios se marcaron como objetivo recuperar el contenido no impartido en el tercer trimestre del curso pasado por culpa del confinamiento. Y aunque esa formación se ha dado, son varios los colegios oscenses que señalan que no se volverá a la normalidad académica plena hasta el curso que viene.

Algunos colegios afirman haber remontado los tres meses de confinamiento y clases presenciales del curso pasado y haber acabado este año más o menos con normalidad, mientras que otros admiten que aún habrá de esperarse al curso que viene. Unos y otros centros coinciden en el “gran esfuerzo” de toda la comunidad educativa (alumnos, profesores y familias) para ponerse al día y dar, sobre todo en el primer trimestre, lo no estudiado el año pasado y completar a lo largo del curso la programación de este año escolar.

Alfredo Toro, director del Colegio Pedro J. Rubio, afirma que el curso ha ido “bien” y que en el centro no se han notado grandes diferencias respecto a otros años, “recuperándose lo pendiente del curso pasado” y acabando el año con “un buen final”. Toro explica que ello ha sido posible por la buena respuesta de las familias y por “el trabajo de siempre” entre ellas y el colegio.

En el Colegio Pirineos-Pyrénées, el curso también ha ido bien “gracias al esfuerzo” de toda la comunidad educativa y de los refuerzos y medios aportados por la DGA, explica la directora del centro, Alicia Eito.

La directora también destaca que con el confinamiento se agravó la situación de los alumnos más vulnerables con las nuevas tecnologías, “pero este año, gracias a que los coles son seguros y las clases han sido presenciales”, se ha podido revertir la situación. Al respecto, agradece la “concienciación” de los padres, que no han llevado a sus hijos a clase si tenían síntomas, muchos de los cuales podían ser de otras enfermedades habituales en los pequeños (fiebre o tos). Eito expresa que ha sido “el curso más difícil”, pero que gracias al “trabajo constante” y a los refuerzos, se ha podido sacar adelante.

Pilar Andreu, directora del Colegio Alcoraz, apunta que las notas han sido “muy similares” a las de cursos anteriores, lo que atribuye tanto a las medidas de refuerzo como al esfuerzo de toda la comunidad educativa.

Por otra parte, Andreu repara en el “cansancio” que se ha observado en los niños los últimos dos meses. “Se han portado muy bien, pero en los últimos meses ha aparecido el cansancio”, traslada.

En San Viator, su director es uno de los que afirma que ha habido un rendimiento inferior a otros años. Salvador Arto apunta en primer lugar a la falta de clases presenciales en el tramo final del curso anterior, lo que hizo que “algunos alumnos se descolgaran un poco más” y, en otros casos, a que se diluyera el hábito de trabajo.

A esto se suma todo el contenido lectivo impartido, el del año pasado y el del actual. “Ha habido mucho material, más que en un año normal”, evidencia. Un tercer factor es que el año pasado se promocionó, por norma covid, a todos los alumnos y eso ha hecho que este curso haya habido ciertos estudiantes con dificultades mayores que las habituales

Arto aclara que la bajada en el rendimiento “no ha sido espectacular”, pese a todos los inconvenientes de este curso, y especifica que se nota más en asignaturas “instrumentales” como lengua, inglés y matemáticas, que en otras de más estudio puro y duro “que se pueden salvar con más horas”.

El director de Santa Rosa, José Ignacio Casajús, también admite que “se han notado los tres meses fuera del centro”. Eso sí, precisa que los resultados a final de curso han sido “buenos” en lo académico y que el trastorno causado por la covid “se ha notado más en lo emocional”.

“Venían un poco perdidos -al inicio de curso- tras la teledocencia -del año anterior-, pero se ha notado menos de lo que a priori pensábamos”, manifiesta Casajús, que, como todos los directores, hace hincapié en “el gran trabajo” de todos: alumnos, profesores y padres.

En Sancho Ramírez, las notas están yendo bien “y se va retomando la normalidad”, comenta su directora, Pilar Carnicer, para quien el plan de refuerzo para recuperar los contenidos no impartidos ha sido clave.

IsabelBelenguer, directora de Salesianos, repara en “los más vulnerables, los que más sufrieron por la falta de apoyo familiar o de nuevas tecnologías”. Son estos alumnos los que presentaron una factura académica más alta por el coronavirus y el confinamiento del año pasado. Precisamente en ellos se ha centrado Salesianos este curso con su plan de refuerzo y “les ha ido muy bien. Necesitaban un acompañamiento cercano del profesorado”. Evidentemente, eso se ha logrado, como en los demás centros, “con mucho esfuerzo”, dice Belenguer, que tampoco se olvida del trabajo que se ha hecho en el plano emocional.

Y volviendo a lo académico y ya sobre el alumnado en general, la directora apunta que “se ha podido abordar todo lo que se ha podido y lo que no, irá en el plan de refuerzo” del próximo curso”.

“No hemos notado diferencia en los resultados. Están dentro de la normalidad”, comenta María Ángeles Sánchez, directora del Juan XXIII, que reconoce la “gran implicación e interés” de las familias para “estar dentro de la normalidad”, así como el “gran esfuerzo” de niños y maestros.

En El Parque hacen una valoración “muy positiva” ya que, “en general”, se han recuperado los contenidos que no se dieron el año pasado y “se han alcanzado los objetivos del curso”, expresa Reyes Lobera, quien también reconoce que “en algunos casos se ha podido, en otros no del todo. Hemos llegado hasta donde hemos podido”.

La directora de este colegio sostiene que las condiciones sanitarias en los centros educativos “han permitido llevar un ritmo de trabajo bastante bueno, a excepción de los alumnos que han necesitado planes de refuerzo”. Y ha sido “un volumen importante” de escolares los que han necesitado este apoyo, sobre todo los alumnos que han cambiado este curso de etapa (de Infantil a Primaria o de 2º a 3º). “Nadie podía pensar en octubre que todo se iba a normalizar y nos podemos sentir satisfechos del rendimiento académico”, asevera Maricarmen Galbán, directora del San Vicente.

Tras el primer trimestre, el más raro de todos por tener que recuperar lo del año pasado y por la vuelta a clase tras medio año, “la cosa ha funcionado, podríamos decir, con normalidad y con muchísimo esfuerzo por parte de todos”. “Al principio del curso costó coger la rutina de trabajo y, principalmente, la autonomía”, recuerda Eli Canalejas, directora del Santa Ana. “Ocurre todos los años tras el verano, pero este mucho más”.

Tras ese mes y medio de adaptación en lugar de “los 15 días habituales”, el curso ha ido “muy bien y estamos muy contentos con el rendimiento de los alumnos. Han logrado con creces los objetivos marcados y se ha podido trabajar lo imprescindible y también lo no imprescindible”, dice Canalejas, que hace énfasis en “el 200 %” que ha dado toda la comunidad educativa.

Lucía Ballesteros, directora del CEIP Pío XII, comenta que el centro, en el que solo se han cerrado tres aulas en todo el curso, puso en marcha un plan de contingencia y otro de refuerzo educativo para paliar los contenidos que no se impartieron durante el confinamiento. A este colegio, plantea, le afectó especialmente el absentismo escolar en la primera quincena de septiembre porque las familias tenían “mucho miedo” de llevar a los niños a clase.

En materia formativa pone de manifiesto la “gran brecha digital” que sufre el Pío XII y también reclama a la administración “que vacunen ya a todos los niños para poder estar todos más seguros”. 

Piden más refuerzos de personal

Los colegios de la capital oscense reclaman que se mantengan los refuerzos de personal que han tenido este curso para remontar el parón del anterior, aunque algunos los califican de “insuficientes”. Alicia Eito, directora del Colegio Pirineos-Pyrénées, sostiene que una razón fundamental para que el curso haya ido bien es por la dotación adicional de recursos por parte de Educación. “No se puede hacer milagros en un solo curso y estos recursos siguen siendo necesarios”, afirma. Reyes Lobera, directora de El Parque, indica que “no ha habido todos los profesores necesarios”, especialmente en audición y lenguaje, y espera que se mantengan o incluso incrementen. Desde el Sancho Ramírez, la directora, Pilar Carnicer, opina que estos refuerzos “deberían continuar e ir a mucho más”. “Todo será bien recibido porque hay muchas necesidades en los centros, no solo por la pandemia”, evidencia Carnicer.

Fapar, satisfecha con el curso

Rosana Liesa, portavoz de Fapar en Huesca, apunta que la valoración de este curso es “muy positiva en todos los sentidos”. En primer lugar, Liesa indica que la incidencia de contagios en los centros fue más baja que a nivel social, es decir, “no ha habido prácticamente ningún brote a nivel de colegios, sino que eran contagios que venían de fuera”. Además, la respuesta de los alumnos ha sido “buenísima”, mientras que al principio de curso desde Fapar “nos planteábamos si iban a ser capaces de aguantar las mascarillas”. Sin embargo, emocionalmente “ha sido más complejo para los más pequeños”, indica la portavoz de Fapar, ya que han tenido que trabajar en grupos burbuja y con los recreos divididos. En definitiva, “para lo que podía haber sido, y con el miedo que teníamos al comienzo del curso, ha ido fenomenal”, reitera. Además, desde Fapar explican que a nivel de recursos, “no han tenido ninguna queja”.