Huesca
Por
  • Jesús Tolosana

Gastronomía, cultura y economía

Debemos estar orgullosos de las pastelerías de Huesca.
Debemos estar orgullosos de las pastelerías de Huesca.
Rafael Gobantes

La provincia de Huesca tiene incontables atractivos como destino turístico por sus condiciones geográficas, por su historia y sus edificios monumentales, por sus posibilidades como destino de turismo deportivo, y muchas más incentivos que ofrecemos al visitante, entre los que la gastronomía tiene un lugar destacado; y como parte de la gastronomía nuestra pastelería, es un referente a nivel nacional tanto por su calidad, como por su diversidad.

¿Cuál es el motivo de esta singularidad de nuestra provincia? José María Pisa, historiador y divulgador, profundo conocedor de la historia de la pastelería, lo atribuye a razones históricas y geográficas por encima de las antropológicas. Subraya la influencia francesa en el devenir de la pastelería de la provincia (ahí están los pasteles Biarritz, el pastel ruso, el jaqués, las cocas de Fraga, los Besitos de Jaca, por citar solo algunas especialidades).

Seguramente este intercambio entre Francia y también Cataluña, ha facilitado el desarrollo de la pastelería oscense, pero habría que añadir el oficio y técnica de aquellos primeros maestros que crearon escuela, facilitando las condiciones para que surgieran nuevos negocios y profesionales a la sombra de sus éxitos

La pastelería de Huesca combina tradición y vanguardia y deberíamos ser capaces de aprovechar este activo para convertirlo en un incentivo turístico más para el visitante de Huesca, porque forma parte de nuestra tradición gastronómica.

La pastelería de la provincia es una fortaleza y ahora, tras la pandemia, tenemos la oportunidad de la reactivación del turismo interior más interesado por la cultura, gastronomía, geografía y naturaleza. Se combinan pues, Fortaleza y Oportunidad y la estrategia a adoptar debería ser la de trabajar en la línea de la promoción. Para ello necesitaremos el esfuerzo (económico y personal) de todos los integrantes del Gremio, pero también de las autoridades que deben ser conscientes de este activo que tenemos que proteger e incentivar y que puede servir de gancho turístico.

El Gremio de Pasteleros Artesanos de Huesca hemos creado La Ruta Dulce de la Provincia de Huesca que va a hacer su presentación este verano. Una guía en la que se recogen las especialidades más representativas, y que marca el inicio de la estrategia de nuestra promoción.

La Ruta Dulce estará en los centros de información a disposición de visitantes, y de todos los oscenses, y ha sido editada con la colaboración de Tu Huesca, con la esperanza que esta colaboración se prolongue en el tiempo y se extienda a otras actividades de promoción conjunta del turismo y de nuestra Pastelería.

Pero además de la pastelería tradicional orientada hacia el visitante y nuestros clientes, los obradores de pastelería de la provincia han explorado otras zonas, de forma que una gran parte de la producción sale fuera de nuestra provincia hacia el mercado nacional, un sector eminentemente exportador produciendo mucho más de lo que se consume en Huesca.

Por estas dos razones, la pastelería es un activo de la provincia de Huesca, que debemos promocionar y proteger, atendiendo sus debilidades y defenderlas frente a las amenazas a las que nos enfrentamos.

Una de ellas y que demandamos hace tiempo, es la insuficiente oferta de formación reglada, desde la que podamos incorporar nuevos trabajadores.

No podemos pensar en la progresión de un sector sin una formación adecuada. Se hace necesario y obligado que la Formación Profesional se adapte al entorno de la empresa. La Formación Dual, presente y con éxito en otros países, aún está en su fase inicial en nuestro sector. El aprendizaje por imitación y a lo largo de muchos años que era el método tradicional, ahora no sirve. 

Es desilusionante para el que la recibe, desmotivador para el formador y antieconómico para las empresas. Hay que atender las necesidades de formación en nuevos procesos, nuevos ingredientes, nuevas tendencias de consumo, actualización de normativa sanitaria y de seguridad, etc. y todas estas enseñanzas deben recibirse en una formación profesional adecuada, sin la cual se hace difícil la continuidad del sector. Otros países en los que la formación de pastelería está institucionalizada y prestigiada nos podrían servir como modelo para luego adaptarlo a nuestras características

Además, deberemos hacer frente al cambio de tendencias en alimentación, a la necesidad de una mejora competitiva de nuestras empresas, al relevo generacional en los negocios, y tantas incertidumbres como cualquier sector; pero el futuro sólo puede asegurarse garantizando una formación que facilite la incorporación de jóvenes valores a la pastelería.

Volviendo al inicio, invitamos a disfrutar de la Ruta Dulce de la provincia, porque debemos estar orgullosos de la pastelería de Huesca, que cuenta con un gran potencial y que reúne condiciones para contribuir al desarrollo económico, pero tenemos un largo trayecto por recorrer y mucho trabajo, tanto por las instituciones como los profesionales del sector, para que la pastelería oscense no se quede como un bonito recuerdo del pasado.