Huesca
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  • Diario del Altoaragón

Un fracaso sin excusas

Los Danzantes y la Cofradía de San Lorenzo aceptan la suspensión de las fiestas
Por segundo año consecutivo, las fiestas de Huesca no se celebrarán.
P.S.

Sabiñánigo tendría que estar hoy disfrutando de sus maravillosas fiestas de Santiago, como antes debió hacerlo Jaca en el Primer Viernes de Mayo y Santa Orosia, Tardienta en su animado ciclo y Huesca debiera gozar desde el 9 de agosto. 

Más allá de la conveniencia de la suspensión (toda decisión es susceptible de ser discutida, y esta muy singularmente aunque no faltan razones objetivas), no estaría de más que dejáramos la expresión de brazos en jarras o cruzados e interpretáramos, con honradez intelectual, todos los acontecimientos individuales, grupales y comunitarios que han motivado que hayamos llegado al dilema respecto a una de las manifestaciones más importantes de nuestra condición, aquella en la que damos gracias después de un año de esfuerzo, en la que nos probamos en nuestra creatividad, en la que demostramos nuestras habilidades para la organización y, finalmente, nos entregamos en nuestro carácter más alegre y, a la vez, más identificativo de nuestra tierra.

Tal sencillo es poner un ventilador con responsabilidades hacia fuera como cargar las alforjas con las virtudes propias hacia delante y los defectos en retaguardia. Y, sin embargo, esta juerga la hemos arruinado entre todos, cada uno en su nivel de competencia, los gobernantes como responsable de la dirigencia que son, los ciudadanos con la negativa a ser reflexivos, críticos y, sobre todo, coherentes. 

Las generaciones que se arremolinan en torno a la contemporaneidad hemos batido todos los récords del aforismo que nos define, y no sólo hemos tropezado dos veces en la misma piedra, sino que teniéndola a la vista nos hemos caído cinco veces, que en Aragón son seis por aquello de tener una plusmarca olímpica. Podemos adornar las no fiestas con grandilocuencias, cuando, en verdad, es una pifia universal. Eso sí, hay que sentirlas.