Huesca

TATUAJES

Fechas, mascarillas, máscaras de gas: la pandemia de covid, a flor de piel

Muchos oscenses se sirven del tatuaje para grabar momentos íntimos de los últimos meses

Pedrito Disturbio, dueño y tatuador de Disturbio Tattoo, realiza uno de sus trabajos
Pedrito Disturbio, dueño y tatuador de Disturbio Tattoo, realiza uno de sus trabajos
Pablo Segura

Nadie escapa al influjo de esta pandemia. Generaciones enteras se han visto atrapadas en largos meses de confinamiento y aislamiento que han marcado momentos trascendentales en la vida de todos. Muchos quedarán grabados a fuego en la memoria y también en la piel, lugar donde algunos oscenses han querido reflejar nombres, fechas y momentos íntimos y vitales de los últimos tiempos. Las tiendas de tatuajes han percibido un aumento de estos diseños, desde un punto de vista físico y mental, “una manera de tener presente el pasado ante los demás”, señalan los psicólogos.

Moth 14 Tattoo ha recibido casi una decena de clientes con este propósito. Alejandro, dueño y tatuador del estudio, ha diseñado y grabado a los usuarios fechas en las que algunos de sus parientes salieron de la UCI, también nombres de familiares allegados y muchos recuerdos y vivencias, “como el bastón de su abuelo”, recuerda el ilustrador. Todos los dibujos han sido personalizados por él al gusto del cliente, que no tiene un rango de edad determinado y varía “entre los 30 y 55 años”, remarca.

Su estudio ha podido permanecer abierto durante todo el año. El tatuaje ha reforzado sus medidas sanitarias, “todo se desinfecta y es desechable”, valora Alejandro, y el tiempo de encierro ha provocado que algunos hayan dado el paso para “hacer aquello que antes no se atrevían”, señala.

El psicólogo clínico Luis Sánchez ve cómo esta práctica ha incitado a “construir una nueva imagen de nosotros hacia el resto de personas”. “Entendiéndolo como símbolo de identidad, es un lenguaje que hoy en día se emplea para expresarse y darse a conocer”, continúa. La crisis sanitaria ha significado en parte la ralentización del ritmo de vida actual, pero “la gente necesita estar en constante movimiento y no se conforma con lo vivido anteriormente”, argumenta el psicólogo, que liga este cambio a la necesidad de “mostrarse más y ser más atrevido”.

Este contexto lo asocia más a un sentido de pertenencia a un colectivo, como pueden ser las redes sociales o la medicina estética, “o estás o no estás”, teniendo en cuenta que la imagen de sí mismos “no les es suficiente” y cada vez tenemos más dificultades para “autoaceptarnos”.

Disturbio Tattoo está, y desde hace muchos años, tatuando para la ciudadanía oscense. A Pedrito Disturbio le piden de todo últimamente. “Alguna mascarilla o máscara de gas, pero creo que queremos olvidarlo más que tenerlo grabado en la piel”, asume. “De estar mirándonos los brazos todo el día en casa, gente que antes no se lo había planteado ha apostado por hacer lo que quiera”, indica Pedrito, que tras el cierre notó un notable aumento de llamadas a Disturbio. “El pico llegó cuando tuve que traer a dos tatuadores más porque no dábamos abasto”, recuerda el oscense.

No solo en el dibujo, en las tiendas de piercings esperaban el verano como agua de mayo. Oscapiercings ha permanecido cerrado ocho meses, y se entiende porque trabajan “con material humano y la gente tiene miedo”, indica su dueña, Isabel Martínez, pero ya desde antes de la pandemia se empleaban con guantes y mascarilla, buscando la protección del cliente y la propia. “El verano es nuestra mejor época”, remarca Isabel, acerca de negocios que empiezan a coger aire.