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El Hospital San Jorge de Huesca se va a quedar sin sus dos reumatólogas

Las profesionales atienden a 18.000 pacientes de toda la provincia y  temen no recibir asistencia

Emeterio Giménez y Fernando Oliván, miembros de la Asociación Artritis Oscense (ARO).
Emeterio Giménez y Fernando Oliván, miembros de la Asociación Artritis Oscense (ARO).
Pablo Segura

La Asociación Artritis Oscense (ARO) advierte de que el servicio de Reumatología del Hospital Universitario San Jorge de Huesca se quedará en apenas 15 días sin las dos reumatólogas que atiendan a los 18.000 pacientes de la provincia con esta patología que se visitan en este centro sanitario.

Preocupados porque sufren una enfermedad dolorosa e incapacitante que requiere de fármacos que exigen de un riguroso control, los componentes de ARO exigen que se cubran estas vacantes a través de una carta que han enviado a diferentes cargos políticos y entidades de la Comunidad para que se cubran las dos plazas de las especialistas que en breve van a ausentarse de sus puestos.

En ella plantean qué va a ser de estos enfermos cuya lista de espera actual, tanto de primeras visitas como de resultados, sobrepasa los 9 meses en algunos casos.

El escrito va dirigido a la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés; al Justicia de Aragón, Ángel Dolado; al director gerente del Hospital Universitario San Jorge, Íñigo Royo; a la subdirectora de este mismo hospital, Alicia González; al director provincial del mismo, y a Atención al Paciente.

También ha sido enviada al alcalde de Huesca, Luis Felipe; al área de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Huesca; y al delegado de este mismo ámbito de la Diputación Provincial, Antonio Biescas. Asimismo este S.O.S. de la asociación ARO también ha llegado a la Coordinadora Nacional de Artritis (Conartritris Madrid), a la Sociedad Española de Reumatología y a la Sociedad Aragonesa de Reumatología.

El presidente de ARO, Emeterio Giménez, advierte de que la pandemia de la Covid-19 ha afectado a las consultas de reumatología, a lo que se suma ahora que una de sus especialistas cambia de destino y que la otra cogerá en breve la baja por maternidad.

Diez días después de haber enviado este escrito, tiempo en el que la asociación no ha recibido ninguna respuesta, Emeterio Giménez valora que resulta “incomprensible” que en un hospital universitario vayan a quedar 18.000 enfermos sin atención médica.

“Para nosotros es un problema muy serio que el servicio se quede sin ningún especialista. Un paciente con cualquiera de las variantes de artritis lo primero que necesita es un diagnóstico precoz porque si se retrasa el tratamiento y la enfermedad está muy arraigada las circunstancias cambian”, advierte.

En este sentido hace referencia a la importancia que tiene un diagnóstico y una tratamiento precoz a la hora de conseguir una buena recuperación. “Estamos hablando de invalidez con el importante gasto socio-sanitario que conlleva. Antes de la aparición de los fármacos biológicos la artritis reumatoide tenía un pronóstico de invalidez del 50 % de los pacientes a los 5 años de evolución”, explica.

Y apunta que otras dolencias relacionadas con la artritis como el lupus, la espondiloartritis, la psoriasis o la artrosis también tienen alta carga socio sanitaria en cuanto a disfuncionalidad, bajas e invalidez.

Ante la gravedad que pueden suponer las variantes de esta enfermedad si no se trata a tiempo añade que si ahora ya daban las visitas “muy espaciadas”, en referencia a esa lista de espera de más de 9 meses mencionada anteriormente, “de aquí en adelante no sabemos cómo funcionará”.

Ante la posibilidad de que estos puestos queden cubiertos por médicos residentes advierte que “no son especialistas en reumatología”.

Por todo ello, reclaman la provisión de esas vacantes en Reumatología, “siendo la baja por maternidad de obligado cumplimiento legal”.

Asimismo, solicitan habilitar algún mecanismo para conseguir que la ocupación de esas plazas resulte atractiva para los profesionales reumatólogos.

Finalmente, en tercer lugar piden que se pueda conseguir que las enfermeras con experiencia en reumatología, y advierten que en España no existe esta especialidad para ellas, estén en las consultas de este área fijas ya que ofrecen su ayuda a los pacientes tanto para atender la enfermedad como las posibles dudas sobre el tratamiento.

Asimismo plantean que estas profesionales atiendan consultas telefónicas que de no ser solventadas se derivarían al especialista.