Huesca

SUPLEMENTO LAURENTINO

“Volverán las fiestas con más alegría si cabe y la gente más unida”

Personas con discapacidad intelectual de Cadis Huesca plantean algunas ideas para cuando se pueda celebrar San Lorenzo

Miguel Ángel, Nacho, David, Andrea, Eduardo y Concha.
Miguel Ángel, Nacho, David, Andrea, Eduardo y Concha.
M.M.

No es que les gusten las fiestas de San Lorenzo, es que las sienten y las viven. Como para cualquier oscense, es un momento del año esperado con muchas ganas y celebrado con gran emoción. Pero también tienen muy claro que la pandemia de covid desaconseja las aglomeraciones y muchas de las circunstancias en las que se desarrollan los actos laurentinos, por eso asumen con naturalidad y sin aspavientos que, por segunda vez consecutiva, la ciudad contenga sus deseos y aplace el jolgorio hasta que la epidemia deje de poner en peligro la vida de los oscenses.

En esta idea coinciden David Pérez, Andrea Otal, Eduardo Oliván, Nacho Olivar, Miguel Ángel González y Concha Lisa, que pertenecen a diversos colectivos de la Coordinadora de Asociaciones de Personas con Discapacidad de Huesca (Cadis). El lanzamiento del cohete, las mairalesas, la procesión, la salida de los toros, los almuerzos, las verbenas, los conciertos, los danzantes, la alegría del día 9… La lista podría ser interminable, casi todo les atrae.

Y lo van a echar de menos pero sin dramas, incluso creen que cuando se pueda disfrutar de las fiestas con todas las garantías sanitarias habría que tomar alguna medida para evitar que los virus regresen de nuevo.

Y de paso, por qué no, aprovecharían para introducir algunas modificaciones, porque todo es mejorable en esta vida. En la línea de la seguridad, Nacho propone que se celebren más actos al aire libre como espectáculos teatrales y conciertos.

Concha, por su parte, apunta que habría que trabajar más la accesibilidad. “Cuando vas en silla de ruedas y hay mucha gente, no ves nada, solo espaldas y culetes. Aunque parezca una tontería, te da angustia”, dice.

Miguel Ángel añade que también se podrían adaptar muchas de las atracciones de las ferias para personas con discapacidad física. Trabajó en el sector durante quince años y asegura que sabe de lo que habla.

La opinión sobre los toros es bastante unánime: a ninguno de ellos les gusta la fiesta taurina, pero no la prohibirían. “El que quiera que vaya y el que no, no”, indican, y si tiene que haber, “que haya más toreras” y “que se adapte la plaza a las sillas de ruedas”.

Para ponerse ante las vaquillas habría que tener un mínimo de 18 años y si es menor, ir acompañados de sus padres. Nacho pide que sean pequeñas. Él sufrió una cogida una vez en Teruel y tardó su tiempo en recuperarse, pero le siguen gustando. Concha, sin embargo, las prohibiría, porque “hay gente que va muy bebida y son un peligro”.

Se solidarizan con los vecinos que sufren el ruido de las Peñas y aunque saben que no es sencilla la solución, les buscarían una nueva ubicación: “¡Bien lejos, a Salas!”, proponen entre risas. Y otra idea para acabar con las incomodidades que producen los decibelios de las ferias es “bajarles el sonido cuando se haga de noche”, agregan con el mismo tono de guasa.

Se imaginan unas fiestas con más chicos que quieran ser mayorales para representar a sus barrios junto a las mairalesas y aprovechan para animar a que los gastos en este capítulo sean más contenidos y a que más personas con discapacidad intelectual opten a estos papeles. Solo recuerdan a dos chicas con Síndrome de Down que lo fueron, Sandra y Cristina.

Lo de ser danzantes lo ven complicado, pero son partidarios de que la elección de estos personajes tan emblemáticos siga la tradición familiar, al tiempo que haya nuevas incorporaciones, masculinas y femeninas, ajenas a esa raigambre.

David reclama más presencia de las fiestas en los barrios periféricos y Andrea una ciudad más limpia esos días, sin tantas botellas y vasos por el suelo.

Eduardo está convencido de que volverán las fiestas “con más alegría si cabe y con la gente más unida”, porque sostiene que las dificultades afrontadas en los últimos tiempos de covid han hecho arraigar en Huesca un mayor sentimiento de ciudad. Son puntos de vista de una parte de la sociedad oscense que tiene mucho que aportar para enriquecer la fiesta.