Huesca

ADICCIONES

Se dispara el consumo de alcohol, speed y cocaína por la pandemia

Proyecto Hombre advierte de un aumento del juego patológico y de que el perfil de usuarios es joven, de 18 a 25 años

Elena Palacio, responsable de programas del CSIH, atendiendo una consulta.
Elena Palacio, responsable de programas del CSIH, atendiendo una consulta.
Pablo Segura

El consumo de alcohol, cocaína y speed se ha disparado en lo que va de 2021 como consecuencia de la pandemia. La ansiedad provocada por la crisis sanitaria, el aislamiento y la incertidumbre laboral han dado lugar a un cóctel peligroso que ha incrementado las adicciones a algunas sustancias.

La Fundación Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca (Proyecto hombre - CSIH) es testigo en sus servicios de atención de este tipo de situaciones que comenzaron a repuntar en 2020 y que se mantienen este año.

Elena Palacio, responsable de Programas del Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca, indica que en lo que va de 2021 ha crecido en un 30 % el consumo de alcohol en la soledad del hogar.

“Se ha disparado muchísimo. En tiempos de pandemia la gente ha sustituido el consumo de tóxicos por el alcohol, y se ha hecho un alcoholismo individualizado en casa, esto es lo que más ha subido”, comenta.

En cuanto al perfil de abuso de alcohol, expone que se centra en mujeres de entre 45 y 55 años, afectadas por la crisis generada por la pandemia. “Ellas son las que no salen al bar, las que se quedan en casa y beben en soledad. Con la pandemia, realmente, sí que se ha disparado este consumo. Al no salir tanto del hogar por la covid, se ha comprado mucho alcohol en el supermercado y se ha bebido en casa”, recalca.

Por su parte, el consumo de cocaína ha crecido en torno a un 10 % en lo que va de 2021, detalla, y respecto al speed, advierte que “se está volviendo a utilizar y es muy agresivo”. “Lo consumen sobre todo jóvenes, en edades muy tempranas. Son chavales de 20 años que iniciaron este consumo sobre los 13 ó 15 años. El deterioro mental que causa es brutal”, dice.

También ha crecido, explica Elena Palacio, el juego patológico y la adicción a la ludopatía. “Es una conducta comportamental muy aceptada socialmente, y pocas personas con esta adicción piden ayuda, aunque cada vez se va incrementando más”, valora.

La pandemia, apunta, también ha provocado un aumento del uso de las redes sociales y a las consultas de Proyecto Hombre llegan jóvenes con trastorno de alimentación y hasta alguna persona adicta al tarot.

Las personas que llaman a la puerta del Centro Interdiocesano para pedir ayuda acuden “con muchos problemas de salud mental”. “Tenemos perfiles de población muy complejos en cuanto a trastornos de personalidad. Llegan también con deterioro cognitivo y neurológico, sobre todo por el alcoholismo”, plantea.

En su mayoría, añade, se trata de “perfiles de población muy jóvenes que ya están muy deteriorados y estamos hablando de personas de entre 18 y 25 años”.

De la heroína a las apuestas online y las redes sociales

A lo largo de sus 25 años de existencia, Proyecto Hombre ha visto de cerca cómo han ido variando las adicciones de los oscenses, los perfiles de consumo y también, los efectos dañinos que causan las diferentes sustancias adictivas en las personas.

La responsable de Programas del CSIH valora que la evolución del perfil de quienes padecen una adicción durante esos 25 años ha sido “brutal”.

“En los años 94 y 95, cuando abrí ProyectoHombre en Huesca, se atendían los resquicios de la heroína. En los años 97 y 98 ya salió el éxtasis y tuve que realizar muchas campañas de prevención en los colegios para explicar que esta sustancia se había retirado en épocas del siglo XIX por sus terribles consecuencias. A los chavales les gustaban porque las pastillas eran muy atractivas, con colores y demás, y hubo que hacer una campaña de prevención impresionante”, explica.

En los años 97 y 98 se pusieron en marcha en el CSIH programas de adolescentes, “porque había padres que venían con problemáticas de consumo de sus hijos con el cannabis”.

A continuación, se abrió la atención a cocaína y alcohol, y aparecían casos “esporádicos” de ludopatía. En el año 2001, el CSIH contrató psicólogos porque al centro empezaron a acudir personas con alguna patología psiquiátrica.

Años después se continuó trabajando con programas más específicos en el medio educativo y comunitario y también en las comarcas, con las que se abrieron convenios a partir de 2003.

A partir de allí, creció la demanda de usuarios y se pusieron en marcha en 2010, en Huesca, las Unidades de Atención y Seguimiento de las Adicciones, (UASA). “Se empezaron a abrir más servicios y ya no estábamos solos. Salud Pública trabajaba con dispositivos y nuestra demanda empezó a bajar”, apunta.

Proyecto Hombre se centra actualmente en diversos programas y campañas que se refieren a la ludopatía, redes sociales, adicciones al móvil, juego patológico online y deshabituación tabáquica.

Asimismo, colabora con 5 universidades en materia de psicología y trabajo social e imparte formación a estudiantes y profesionales.