Huesca

QUIÉN SOY

Javier Ibarz Terraza, un manitas con variada vida laboral

"Lo que aprendes en la peña Alegría Laurentina no lo aprendes en otros sitios"

Javier Ibarz en la actualidad y en su infancia.
Javier Ibarz en la actualidad y en su infancia.
S. E.

Javier Ibarz Terraza (Huesca, 1973), ‘Jhonnny’ para sus más cercanos, es “de Huesca de toda la vida”. Tras acabar la EGB y salir “rebotado” de su primera cita con la FP, “enganché a trabajar cuando tuve la edad de trabajar, a los 16 años”, y desde entonces no ha parado, contando con una variada vida laboral. Empezó como frutero, “repartiendo frutas por los Supermax”, y luego pasó por la construcción, riego por aspersión, fontanería y carpintería de aluminio, “y cuando tuve una edad y vi que los años se me echaban encima, me preparé para unas oposiciones y por donde menos esperaba, entré en el Ayuntamiento de Huesca, en limpieza viaria. Y con los años, como tenía ciertas aptitudes de riegos por aspersión, etc., me pasé a la brigada de jardines, que es donde estoy actualmente. Llevo casi 17 años ya en el Ayuntamiento”.

Valora todos los trabajos que ha tenido, que, por un lado, “me han marcado un orden en mi vida, llevar siempre un horario me ha venido bien”. Por otra parte, “todos estos sectores de trabajo que he tocado me vienen muy bien para hacerme faenicas de fontanería, albañilería... De todo se aprende, todo suma”.

Javier se reenganchó a eso de los estudios y se sacó un grado de electricidad, que “es otro palo en el que me defiendo para hacer mis cosicas”.

Javier Ibarz es de la Alegría Laurentina desde los 16 años. Se hizo de la peña “al conocer su funcionamiento, el carácter de la gente, lo que me atrapó, y la complicidad que tiene todo el mundo. Como en todas las casas, hay algún raspazo, pero lo que aprendes aquí no lo aprendes en otros sitios”. Preside esta entidad recreativa oscense desde hace 4 años, casi dos de ellos de pandemia, y llegó al cargo sin que se hubiera resuelto la prohibición de organizar conciertos en el histórico Jai Alai, “aunque nosotros empezamos a hacer aquí, antes de la pandemia, unos concierticos para un formato muy pequeño y tuvieron muy buena acogida; estamos hablando de que las cosas con talento se pueden hacer”.

Por otra parte, “en esta pandemia, las asociaciones estamos en una situación limitada de movimiento, donde directamente te están diciendo que todo el mundo se tiene que ganar la vida, pero de paso te dicen que no puedes estar aquí, en tu local social sentado haciendo una actividad y que te levantes y te vayas a una terraza, y esto me da pena porque cultura es todo, no solo estar en una terraza... Cuando esto arranque, que tiene que arrancar, en esta casa desarrollaremos actividades, siempre con talento, y esperamos que el Ayuntamiento cambie. Nos sentimos totalmente abandonados por el Ayuntamiento, que las promesas siempre se quedan en agua de borrajas”.

Ha vivido siempre en Huesca, una ciudad de la que destaca “su tranquilidad y que está todo a mano, y las ciudades más grandes también están a tiro de piedra, y otra ventaja es la frontera, que la tenemos aquí al lado”. Una ciudad que, no obstante, tiene un pero: “Para ciertas actividades culturales de mayor calado, aquí la oferta es menor”.

Es un gran aficionado “a los juegos de estrategia, de pensar de verdad, siempre he jugado mucho”, y le encanta ir al monte, “pero no a un nivel extremo”.