Huesca

TRADICIONES RELIGIOSAS

Arrancan los preparativos para la Semana Santa con incertidumbre

Los cofrades confían en poder tocar sus tambores en 2022, después de 2 años de parón 

Ensayo de Semana Santa de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Ensayo de Semana Santa de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Rafael Gobantes.

La Semana Santa 2022 ha comenzado a tomar forma en la capital altoaragonesa. Las cofradías ensayan ya en polígonos industriales los toques y redobles que confían que suenen con fuerza el año que viene por toda la ciudad, a expensas claro está de la evolución de la pandemia de la covid-19.

El coronavirus ya se ha llevado por delante las dos últimas semanas santas oscenses y los cofrades esperan que a la tercera vaya la vencida para desempolvar sus bombos, tambores y dulzainas.

Los preparativos ya han comenzado, “porque una Semana Santa no se organiza de un día para otro”, comenta José Luis Gómez, portavoz de la Archicofradía de la Santísima Vera Cruz.

Esta entidad es la encargada de programar y coordinar los actos de la Semana Santa de Huesca, además de velar por el cuidado y mantenimiento de los pasos y peanas, y ya se ha puesto manos a la obra.

“Se está trabajando con la idea de una absoluta normalidad, luego ya veremos si nos sorprenden nuevas restricciones o rebrotes. De momento, no hay más remedio que ir trabajando porque la Semana Santa no es decir ‘salgo’ o ‘no salgo’ la víspera. Para preparar todos los actos hay que echarle días y mucho tiempo”, advierte.

"Se está trabajando con la idea de una absoluta normalidad, luego ya veremos si nos sorprenden nuevas restricciones o rebrotes2

Y detalla que hay que cerrar conferencias y preparar los pasos. “Están todos tapados, hay que hinchar las ruedas, mirar que no fallen las baterías o si hay que hacer alguna pequeña restauración”, explica, unas cuestiones a las que añade la elaboración del programa con todas las fechas cerradas con antelación.

A expensas de lo que pueda pasar, la Archicofradía de la Santísima Vera Cruz va a hacer todo “con la mejor voluntad y esperando que todo salga bien. Si luego hay algún problema haremos las modificaciones que sean necesarias”, apunta.

Así, se va a recuperar el programa y el cartel que se preparó para 2020, “que no se pudo sacar a pasear.s Estamos ratificando nombres del programa, de momento no nos está fallando nada, pero aún quedan conferencias por cerrar”.

Además, hay que hacer algún retoque en la peana del Cristo Resucitado, plantea el portavoz, que indica que el 2 de marzo de 2022 será el ‘Miércoles de ceniza’, fecha con la que se inicia la programación.

Tras dos años sin Semana Santa, los cofrades tienen muchas ganas, “claro que también les invade la incertidumbre y ahora hace falta saber cómo va a responder la gente porque tanto tiempo sin ensayos o relación pueden suponer complicaciones en algunos casos”, valora José Luis Gómez.

Pese a todo, asegura que la Archicofradía va a hacer todo lo posible “para que la Semana Santa sea lo más parecido a lo que teníamos antes, pero no será fácil que sea igual. Ahora veremos si falla gente en los grupos de las cofradías”.

El parón se nota en las cofradías

Y es que el parón de la pandemia se ha dejado notar en estas formaciones, cuyas bandas echan de menos además los concursos de tambores y bombos en los que competir y demostrar sus mejores toques.

Tito Estévez, jefe de la sección de instrumentos de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Huesca, comenta que los preparativos van poco a poco ya no solo por el frenazo que ha supuesto la covid-19 sino también, “por las perspectivas de para qué ensayamos”.

La sección de instrumentos de Nuestro Padre Jesús Nazareno cuenta con unos 30 miembros, con edades comprendidas entre los 14 y los 55 años, y lleva ya un mes de ensayos. Además, hay una banda infantil para que los más pequeños se vayan familiarizando con bombos, tambores y dulzainas.

Poco a poco, los cofrades van cogiendo ritmo. “Ya no es solo la Semana Santa, que está claro que podremos salir a las calles y hacer algo, pero otra motivación que daba interés a los ensayos era preparar salidas a otras ciudades, pasacalles, concentraciones de tambores o concursos”, plantea.

Todos estos aspectos aderezaban unos preparativos que en el caso de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Huesca tienen lugar en el polígono Industrial de Martínez de Velasco, de momento, una vez a la semana. A partir de enero tiene previsto ensayar miércoles, viernes y domingos.

“A día de hoy parece muy difícil que se vayan a hacer encuentros o concursos. Todo esto corta un poco a la gente a la hora de preparar porque para la Semana Santa quizá con dos o tres meses de ensayos tendríamos suficiente. En cambio, si aspiramos a otro tipo de eventos, hay que entregarse más, con seis o siete meses de antelación”.

Actualmente, plantea, “lo primero y fundamental es intentar mantener un grupo, algo que a día de hoy ya es un poco complicado. Además, hay que motivar a los chavales lo suficiente para que vean que hay que ensayar”.

Tito se encarga de la sección de instrumentos y de coordinar los ensayos y aparte hay otros cofrades que se dedican a mejorar o sacar adelante los temas.

Los toques, explica, se renuevan cada año pero actualmente se están interpretando los 14 que forman parte de la banda sonora de esta cofradía. “La intención es sacar uno nuevo. Para ello hay que coger una base, que puede ser una canción popular, y adaptarla a los sonidos de la Semana Santa. Se trata de incorporar nuevos elementos sin más”, detalla.

También hace alusión al sacrificio que supone ensayar, meses antes de la Semana Santa, con frío o lluvia en invierno.

Esto lo sabe muy bien Marina Rey, de 27 años y miembro de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Huesca desde hace una década.

Esta joven, que toca el tambor, reconoce que tiene muchas ganas de volver a salir a las calles vestida de cofrade después del paréntesis impuesto por la pandemia. No puede ocultar su incertidumbre, “no sabemos si habrá procesiones o no porque claro, la covid sigue aflorando y no sabemos muy bien qué va a pasar”.

En los ensayos, comenta, las filas se han marcado manteniendo siempre la distancia de seguridad y se hacen al aire libre. “Nunca quedamos en sitios cerrados, así que en este sentido estamos protegidos”, apunta.

Marina destaca finalmente su devoción y la del resto de sus compañeros y aunque ha habido algunas ‘bajas’ con motivo de la covid, “los que están tienen mucha ilusión y ganas de salir”.