Huesca

CORONAVIRUS

La covid no interrumpe el viaje de los estudiantes Erasmus en Huesca

Europa del Este registra ya más de 10.000 contagios en esta sexta ola

Los estudiantes Dominika Dzwonkowska, Flóra Farkas, Anne-Laure Ouvrard, Louise Richarth y Guido Lumachi  en el Casino de Huesca.
Los estudiantes Dominika Dzwonkowska, Flóra Farkas, Anne-Laure Ouvrard, Louise Richarth y Guido Lumachi en el Casino de Huesca.
Rafael Gobantes

En apenas dos meses, se manejan por la ciudad de Huesca como si llevasen toda la vida. “A veces es inevitable sentirse extranjero”, confiesan, a la vez que creen verdaderamente que no podían haber caído en un sitio mejor. “Nos encanta Huesca, es pequeña, tranquila y todo está cerca, todo Aragón es precioso”, valoran. Desde aquí han viajado al Pirineo, Barcelona, País Vasco, Valencia, Asturias, Madrid o Mallorca. Han visitado, han salido, han conocido y se han quedado sin un duro, exactamente a lo que habían venido, “sin ningún tipo de miedo al covid”, subrayan, y aunque se quedarían, los estudiantes Erasmus también tienen ganas de volver a casa por Navidad.

Flóra Farkas, alumna de Administración y Dirección de empresas, regresará a Budapest, capital de Hungría, donde las autoridades sanitarias registraron el viernes un nuevo récord de casos por covid-19, con 11.289 contagios en las últimas 24 horas. El Gobierno húngaro ha decretado el uso obligatorio de mascarillas en todos los espacios cerrados públicos y la prohibición de que personal sanitario y miembros de las fuerzas de seguridad abandonen sus puestos de trabajo.

Hace tan solo un mes, Flóra contrajo el coronavirus estando en Huesca. Lo supo al percibir que no tenía ni gusto ni olfato. Con síntomas leves, pasó cuatro días enferma y confinada. Sus padres estuvieron pendientes de ella. “Al no tener mayores problemas, no nos preocupamos tanto. Ellos saben que aquí todos estamos vacunados”, señala, a sabiendas de que encontrará un situación sanitaria completamente distinta cuando se aproxime a orillas del Danubio.

También lo será para Dominika Dzwonkowska, procedente de Wojcieszyn, un pequeño pueblo cercano a Varsovia. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, anunció hace dos semanas la compra de medicamentos contra la Covid-19 “aún no aprobados” por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), capaces de ralentizar los efectos de la enfermedad en la fase inicial. En este momento, el pais registraba un nuevo pico de casos, 15.900 nuevos contagios en un día. “Claro que tenemos miedo, pero aquí la situación sanitaria es mucho mejor”, se cerciora Dominika.

Mediterráneos

Guido aún no sabe si volverá en coche o avión a Cogoleto (Génova). El 15 de octubre, Italia fue el primer país europeo que impuso el certificado de vacunación obligatorio a todos los trabajadores, a diferencia de Aragón, que estudia implantarlo ahora en el ocio nocturno y celebraciones. “Llegar aquí fue como volver atrás en el tiempo”, recuerda Guido, al que le decepcionó su viaje a Barcelona al encontrarse numerosas restricciones. Anne-Laure y Louise regresarán a Hourtin (Burdeos) y Volmunster (Estrasburgo), respectivamente. Emmanuel Macron valoró el viernes la obligatoriedad del pasaporte covid ante otras medidas y el país estudia implantar de nuevo el régimen de teletrabajo. Estas amigas no se han privado de nada, recorriendo las carreteras minúsculas de los Picos de Europa, las playas del País Vasco, la ciudad de Valencia y las aguas de Mallorca.

“Viajar es muy fácil, solo tienes que organizarte y no dejar pasar la oportunidad”. Eso sí, les falta Andalucía. “Está muy lejos”, mantiene Louise, a lo que Flóra contesta: “Está aún más lejos de Hungría”.

Ninguno pensó en ningún momento en cancelar el Erasmus, incluso les gustaría ampliarlo unos meses más, pero las prácticas y los últimos compases de la carrera les llaman a volver. Aún así les quedan muchas cosas pendientes por hacer. Especialmente algunos deportes, porque saben que el Pirineo tiene mucho que ofrecerles.

“Me habría encantado hacer, rafting, kayak, barranquismo… pero son deportes más de primevera al haber más agua”, lamenta Guido. Aunque se mueren por subir a esquiar a una estación llamada Candanchú, “de la que han oido hablar mucho” y que “no se la quieren perder”, dicen.

Otras culturas

Pese a llevar tiempo aquí, no dejan de sorprenderse. Han descubierto el pádel, ya que en el resto de Europa es un deporte incipiente y en España ha conquistado la mayoría de centros deportivos. Los mediterráneos se entienden mejor a la hora de hablar de festividades como los “puentes”, para los europeos del este parece ser una rareza. Y se quedan alucinados al explicarles lo que significa el sorteo de Navidad del 22 de diciembre. “Sigo sin entenderlo”, asienten cuando he terminado.

La reunión concluye con las comidas navideñas típicas de cada lugar, aquí cada uno barre para casa, pero todas parecen realmente apetitosas.