Huesca

CORONAVIRUS

Las denuncias por negligencias médicas en la provincia de Huesca se disparan un 40 %

La Asociación El Defensor del Paciente dice que la excusa de la covid “ya no cuela” y exige más recursos

La asociación pide un refuerzo de los servicios de Urgencias.
La asociación pide un refuerzo de los servicios de Urgencias.
Pablo Segura

El año 2021 terminó con 60 casos de presuntas negligencias médico-sanitarias en la provincia de Huesca, lo que supone un 40 % más que las tramitadas en 2020 y un 23 % más que las registradas en 2019, antes de que estallara la pandemia de la covid-19.

En su ‘Memoria Anual de 2021’, la Asociación El Defensor del Paciente, que lleva 25 años de lucha por los derechos de los enfermos, advierte que “la excusa de la covid-19 ya no cuela puesto que el sistema sanitario sigue sin ser idílico por la falta de recursos personales y materiales”. Los datos reflejan que las negligencias han ido a más desde la llegada del coronavirus ya que, según indica la asociación, el año pasado se cerró en el Alto Aragón con los 60 casos ya mencionados por presuntas negligencias médico-sanitarias y con 358 en todo Aragón, lo que supone un 25 por ciento más que las tramitadas en 2020. Del total de casos, el mayor número se debe a la larga lista de espera, seguido de urgencias, cirugía general traumatología y ginecología y obstetricia.

De este modo, Aragón se sitúa como la décima comunidad más denunciada y, además, de los 358 casos, 23 han acabo siendo fallecimientos. Ante estos resultados, la comunidad se sitúa como una de las regiones en la que más han crecido las cifras, aunque se encuentra dentro de la media de reclamaciones de la última década (352 casos al año), un número que está muy alejado del alcanzado en 2014, cuando los casos se dispararon hasta los 400, marcando así su máximo histórico.

En cuanto al ámbito más denunciado, la lista de espera, desde la Asociación indican que en Aragón hay una demora media de 166 días para una intervención. Además, 23.465 pacientes engrosan la lista de espera quirúrgica, es decir, 1.200 ciudadanos más que el año pasado.

Sobre las causas de estos problemas, recalcan la carencia de recursos personales y materiales. “La pandemia ha dejado al descubierto las vergüenzas del sistema nacional sanitario”, denuncian, y consideran que se debe, en parte, a que la inversión “no es la adecuada”, porque defienden que “España tiene a los mejores profesionales”, pero “están sobrecargados y mal retribuidos”.

La asociación indica en su informe que el Salud pretende reducir la lista de espera intensificando la actividad quirúrgica mediante las peonadas, operaciones de tarde que se cotizan como horas extras, pero que, según la entidad, “son un verdadero hándicap puesto que en numerosas ocasiones el ritmo de la mañana se ralentiza para cobrarlo del horario vespertino”.

Alerta además de la “falta de medios”, una carencia que se ha dado “de manera generalizada” y que queda reflejada, especialmente, con la carencia de facultativos, especialistas y personal sanitario. La escasez de médicos la sufren especialmente, según recoge la memoria, los vecinos de las zonas de baja densidad demográfica de Huesca, aunque también se extiende a los hospitales de la capital.

Por esta situación, el Defensor del Paciente se pregunta por qué más del 35 por ciento de los médicos en Aragón, alrededor de un millar, “cuentan con contratos eventuales” y por qué algunos de ellos “llevan más de diez años encadenando temporalidades”. Desde su punto de vista, la principal causa de la sintomatología del Sistema Nacional de Salud se debe a que los presupuestos destinados para ello “son totalmente insuficientes”, por lo que piden un compromiso social y político, y recuerdan que el gasto público sanitario es uno de los más bajos de la Unión Europea. “España se gasta en sanidad pública mucho menos de lo que le corresponde por su nivel de riqueza”, dicen, y apuntan que, si el PIB se sitúa por encima del 6 %, lo ideal sería que lo destinado superara el 7 %. Desde la Asociación señalan que la sociedad española es una de las más envejecidas del mundo, y esto “es una sobrecarga sanitaria añadida” ya que una persona en sus últimos meses de vida “genera en torno a un 70 % de su gasto sanitario”. Motivos “más que suficientes” para aumentar el gasto público.