Huesca

MEDIO AMBIENTE

Huesca recoge más de 1,6 millones de kilos de materia orgánica a través de sus cerca de 300 contenedores marrones

El compost generado con el reciclaje de esta materia orgánica se repartirá en el punto limpio

José María Romance, Teresa Viu, Luis Felipe y Roberto Cacho este viernes en la planta de compostaje.
José María Romance, Teresa Viu, Luis Felipe y Roberto Cacho, este viernes en la planta de compostaje.
Pablo Segura

Los oscenses se han tomado muy en serio el uso del cerca de 300 contenedores de color marrón con los que cuenta la ciudad. Tanto que desde que se comenzaron a instalar en 2018 a través de estos depósitos ya se han regido 1.647.000 kilos de materia orgánica que no han ido a parar al vertedero de restos generales. Todos estos kilos de residuos suponen la creación de unas 600 toneladas de compost y dejar de emitir en torno a 15.000 kilos de CO2 a la atmósfera.

Estos datos se han detallado durante la visita a la planta de compostaje de la ciudad que han realizado este viernes el alcalde de Huesca, Luis Felipe; la gerente de Grhusa, Teresa Viu; el concejal de Medio Ambiente, Roberto Cacho; y el concejal de Hacienda, José María Romance.

Luis Felipe ha asegurado que la ciudad “apuesta por el reciclaje, por una economía sostenible y prueba de ello es por ejemplo esta planta, donde la ciudad, que cuenta con casi 300 contenedores de color marrón da respuesta a ese 40 % de la basura de los domicilios que es materia orgánica”.

A través de estos contenedores marrones y del proceso que se desarrolla en esta planta, que se construyó entre 2019 y 2020 con una inversión aproximada de 600.000 euros, estos restos se convierten en compost. A esta cantidad hay que sumar toda la inversión realizada para adquirir los contenedores marrones que ya han llegado a siete de los nueve barrios de la capital oscense.

Roberto Cacho ha detallado que el Consistorio está en proceso de adquisición de los contenedores necesarios para que la iniciativa se extienda a los barrios de Santo Domingo y San Martín y Perpetuo Socorro. “En este año 2022 toda la ciudad de Huesca dispondrá de ese quinto contenedor en todas las islas de recogida de residuos selectivos”, ha dicho. Así, la recogida selectiva de la fracción orgánica ya está implantada en siete barrios de Huesca: María Auxiliadora, Santiago, San José, La Encarnación, San Lorenzo, Catedral y San Pedro.

Se ha referido a esos cerca de 300 contenedores y ha apuntado que a través de ellos se apuesta por la economía circular. Y es que, a partir de la próxima semana los oscenses que sean usuarios del contendor marrón podrán recoger en el punto limpio compost para su uso particular.

Para ello es necesario tener la tarjeta que se utiliza para abrir el contenedor de materia orgánica. Además, los usuarios deberán llevar una bolsa o saco para portarlo. 

En estos momentos en la ciudad hay 292 contenedores de color marrón que precisan de una tarjeta electrónica para su apertura, y cinco máquinas expendedoras de bolsas compostables (Biblioteca avenida Pirineos, Centro Cultural Manuel Benito Moliner, avenida Martínez de Velasco Nº26, calle Teruel Nº16 y piscinas Almériz).

En estos contenedores se pueden depositar todos los residuos domésticos de materia orgánica como peladuras de alimentos, restos de comida cocinada, cáscaras de alimentos, huesos y espinas, pan duro, posos de café, papel de cocina, flores y bolsitas de infusión, entre otros.

Planta de compostaje

La planta de compostaje Huesca se construyó entre el año 2019 y 2020 y ha supuesto una inversión del Ayuntamiento de más de 600.000 euros. Teresa Viú ha remarcado que el objetivo de la planta es “minimizar el impacto de la huella de carbono y fomentar la economía circular, devolviendo a la sociedad el residuo orgánico en forma de materia prima como compost de calidad para el abono”. 

Además, ha asegurado que los ciudadanos utilizan “muy bien” estos contenedores, por lo que el compost que se obtiene de esta planta “es de muy elevada calidad, ya que la cantidad de porcentaje de impropios que tenemos es solo del 1%”. 

Se trata de una planta de tratamiento abierto y dinámico en la que se conforman pilas que son volteadas para su aireación y riego. Consta de una solera de hormigón de 2.000 metros cuadrados impermeabilizada y con recogida de lixiviados para garantizar la protección al medio ambiente. Para favorecer el proceso y controlarlo está construida bajo una carpa.