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David Pacheu Grau: "Cada paso en las enfermedades raras es un salto hacia la cura"

El bioquímico y biólogo molecular inicia en el mes de mayo el programa Ramón y Cajal, que se concede a 20 biomédicos al año

David Pacheu, científico oscense, en el laboratorio de la Universidad de Zaragoza.
David Pacheu, científico oscense, en el laboratorio de la Universidad de Zaragoza.
S.E.

Lo de David Pacheu (Huesca, 1984) y la curiosidad es algo inseparable. Ya en el patio de recreo de San Viator era un chico muy movido que se hacía preguntas todo el rato. Le gustaba la medicina, la química, la física, la historia… Tal y como recuerda: “Me llamaba la atención esa visión idealizada de los científicos de plantearse una pregunta e intentar averiguar qué experimento podría resolverla”. Le costó decidirse, pero optó por la bioquímica y se trasladó a Zaragoza para iniciar su carrera universitaria.

Aquí coincidió con el profesor oscense Eduardo Ruiz Pesini, que abrió las puertas del universo de la genética. Concretamente, “la influencia que tiene la variación de los genes en los individuos y los múltiples fenotipos existentes”, resume el científico, que centró su tesis doctoral en los efectos secundarios de los antibióticos.

“La medicina personalizada anticipa los posibles efectos del antibiótico”

Ante una infección bacteriana, el tratamiento principal es la prescripción de antibióticos. La genética mitocondrial de cada individuo combinada con el medicamento puede desarrollar en algunas personas posibles efectos secundarios. En su estudio, Pacheu advirtió que existían variantes que aumentaban la susceptibilidad a sufrir efectos adversos. “Nuestra propuesta se basaba en una medicina personalizada, saber tu composición genética mitocondrial para deducir qué tipo de antibiótico puede causarte el menor daño”, aclara el oscense.

Estancia en Alemania

En 2012, la línea de trabajo concluyó en España y dio el salto a Alemania. Pacheu fue acogido en la Universidad Médica de Göttingen por el grupo de trabajo del profesor Peter Rehling, dando así inicio a su posdoctorado. El Gobierno alemán le concedió la beca Humboldt con un programa amplio de integración en la cultura alemana. Pudo conocer en Berlín al presidente de la República e interactuó con investigadores extranjeros y alemanes de otras disciplinas, aunque en el asunto del idioma, el oscense partía con ventaja.

“Alemania es amistosa, pero echaba de menos mi tierra”

Unos pocos años antes se cruzó en su vida Kinga Langer, una estudiante de Erasmus alemana que cayó en Zaragoza y puso sus ojos en este científico. Juntos tomaron el avión de ida a Göttingen y, al cabo de ocho años, tuvieron que sacar dos tickets más para regresar con sus dos hijos. “Es un sitio muy agradable para vivir, los alemanes pueden ser al inicio distantes, pero luego son gente muy amistosa. Guardo muchos amigos allí, pero acabé echando de menos a la familia, los amigos, la comida, el sol… La carrera por un puesto estable como investigador empezaba a complicarse, así que comencé a pensar que en España podría ser posible”, cuenta Pacheu sobre los motivos personales y profesionales que le trajeron de vuelta.

Un 10 % de éxito

Para ello, el científico confió en que el programa Ramón y Cajal del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España pudiese ser un boleto de vuelta ganador. En este programa, en el área de Biomedicina se presentan entre 200 y 300 solicitudes al año y el porcentaje de éxito es de alrededor de un 10, lo que supone un total de 20 contratos. “Es un programa pensado para investigadores que están en el extranjero y quieren volver, pero se ha vuelto tan competitivo, que si no tienes un proyecto de investigador principal y un buen número de publicaciones, es muy complicado que te lo den”, asiente Pacheu.

“Debemos dotar a los pacientes de estrategias terapéuticas”

Tras varios intentos, obtuvo el contrato y regresó a la Universidad de Zaragoza como docente e investigador en la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte del Campus de Huesca. Así dio inicio al punto clave de su investigación científica: la cura de enfermedades mitocondriales.

“Son enfermedades que afectan a un número limitado de personas, pero si tienes un hijo en esta situación, se va a convertir en lo más importante del mundo saber qué le pasa y cómo se puede curar”, indica Pacheu. Esta sintomatología habitualmente se da en niños pequeños, pueden producir debilidad muscular, dificultades cardíacas y problemas neurológicos o en los órganos sensoriales, quedando a veces ciegos o sordos.

“La pregunta del millón es qué mecanismos y factores influyen para que en determinados tejidos se produzca el efecto de mutaciones mitocondriales”, señala el científico oscense advirtiendo que “cada paso en su investigación, es un salto hacia la cura”. “Además de diagnosticar qué clase de enfermedad sufren los pacientes, debemos entender el por qué se produce la enfermedad para dotarles en un futuro de estrategias”, añade.

David Pacheu afirma que, como oscense, “poder desarrollar en Huesca su línea de investigación sería maravilloso”. Confía en que el programa Ramón y Cajal le de ese empujón, aunque incide en que es importante disponer del equipamiento necesario, un espacio óptimo y estudiantes que pueden integrarse en el estudio. “Las cosas de palacio van despacio”, concluye.