Huesca

SEMANA SANTA

Las procesiones vuelven a Huesca con una sensación como si fuera "casi la primera vez"

Tras dos años suspendidas por la pandemia, las cofradías vuelven a la calle y la Entrada de Jesús en Jerusalén ha recorrido el centro de la ciudad

La Procesión de la Entrada de Jesús en Nazaret ha sido la primera en Huesca ciudad tras estos dos años.
La Procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén ha sido la primera en Huesca ciudad tras estos dos años.
Javier Navarro

Las procesiones de la Semana Santa oscense han arrancado el mediodía de este Domingo de Ramos con la de la Entrada de Jesús en Jerusalén, de la Cofradía de San José y Santa Ana. Ha sido esta la primera procesión desde 2019, tras los dos años en los que se han suspendido estas celebraciones religiosas a causa de la pandemia de covid. 

Antes de las once, muchos oscenses estaban aguardando en la plaza de la Catedral y calles aledañas para la bendición de los ramos que llevaban los más pequeños, tras lo cual ha comenzado la procesión. Ha abierto el recorrido la Banda de Tambores Pedro Nolivos, de la Cofradía del Santo Cristo del Perdón, invitada por la organizadora (San José y Santa Ana).

También la Banda de Tambores de la Cofradía de San José y Santa Ana ha puesto música en esta primera procesión, en la que también han participado el Coro de Hebreos -niños del Colegio Santa Ana que pertenecen a esta cofradía- y una representación de las demás organizaciones cofrades de la ciudad.

"Ha sido casi como la primera vez", ha declarado Fernando Laliena, prior de la Cofradía de San José y Santa Ana, tras la procesión que supone el regreso de los actos de Semana Santa. "Ha sido un momento emocionante tras dos años sin poder realizar actividades que hacemos con tanta ilusión y ganas", ha explicado el prior, que también ha resaltado el mucho público que ha acudido a una procesión "un poco diferente para Semana Santa, más alegre", con niños y sus ramos repletos de chucherías.

Minutos antes de que los cofrades empezaran a procesionar, entre los numerosos oscenses que esperaban, Eva Ayerbe también ha manifestado las ganas que hay de ir recuperando la normalidad en todos los aspectos. "Lo primero es volver a poder estar cerca sin temor de contagiarnos y después, poder celebrar estos ritos, que son lo mejor". 

Eva estaba con su hijo y sobrino, que "ahora empiezan a entender un poco lo que es vivir la Semana Santa. Les emociona". Su sobrino Oliver, de 5 años, ha dicho que acudía "con muchas ganas" a la que era su primera procesión.

También entre el público, a escasos metros de la puerta de la Catedral, Jara Fernández, con su hijo Ian Varela, de 4 años, también ha resaltado la importancia de que "puedan volver las cosas a ser un poquito normales y a disfrutar de la fe y la religión".