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Elías Vived Conte: “Ha sido una vida muy apasionada en el mejor trabajo del mundo”

Este oscense, que fue casi 30 años psicólogo en la Asociación Down Huesca, resalta que “todos hemos necesitado oportunidades y apoyos”

Elías Vived Conte.
Elías Vived Conte.
N.C.

Elías Vived Conte (Robres, 1957), se acaba de jubilar, después de casi 30 años de psicólogo en la Asociación Down Huesca. Salió de Robres a los 11 años. “Soy de una familia muy humilde. Mi padre era zapatero con seis hijos y la única posibilidad de estudiar era a través de una beca e interno en un colegio”. Estuvo 3 años en Salesianos y recuerda cómo le impactó estar tres meses sin ir a casa, que “entonces la distancia de Huesca a Robres era tremenda, abismal”. Cuando volvió por primera vez a Robres, en Navidad, “recorrí el pueblo en bici con una nostalgia extraordinaria, ya percibí entonces que había un mundo que yo había perdido”.

A los 14 años fue a la Universidad Laboral de Cheste, donde había “6.000 niños de toda España, una barbaridad”. Al curso siguiente entró en la Universidad Laboral de Huesca, “que fue un lugar de aprendizaje extraordinario, especialmente en el ámbito político, allí empecé a tomar conciencia de que o empujábamos entre todos o la dictadura se mantenía por los siglos de los siglos”. Tras un año muy político en Barcelona se trasladó a Madrid para estudiar Sociología en la Complutense, “porque tenía mucho interés en contribuir a mejorar el mundo, y me parecía interesante el tema del grupo”. Dejó los estudios de Sociología en tercero e hizo la mili. “Tenía que trabajar a la par que estudiar y en aquella época, cuando llegabas a los 21 años, era muy complicado encontrar trabajo si no tenías hecho el servicio militar”.

Finalizó la mili y encontró trabajo en Zaragoza, donde no había Sociología “y lo más cercano que vi fue Psicología, en la universidad a distancia ”.

De sus casi 30 años en Down Huesca, dice: “ha sido una vida muy intensa, muy apasionada y en un trabajo que es el mejor del mundo… Si trabajar con personas me parece emocionante, la perspectiva de hacerlo con jóvenes con discapacidad intelectual tantos años, ha sido emocionante, me ha permitido observar evoluciones muy interesantes”. “Cuando yo empecé aquí -recuerda- estábamos dos trabajadores y ahora hay unos 30, y eso ha supuesto una evolución muy importante”.

Unos años en los que la Asociación Down Huesca, con su aportación, se ha ganado la fama de ser pionera en la puesta en marcha de programas de autonomía para las personas con síndrome de Down. “La Asociación Down firmó en 1999 el primer proyecto de empleo con apoyo que se hacía en Aragón, lo que fue el inicio del desarrollo inclusivo. Trabajamos con la idea de la inclusión y es verdad que a eso unimos a partir del año 2004-2005 una visión más interesante, la vivienda, es decir, no solamente los chicos podían entrar en la empresa ordinaria y buscar alternativas al centro especial de empleo, sino que además podían emanciparse. Conocimos una experiencia pionera en Barcelona en 2004 y en 2005 empezamos a realizar el programa de los pisos, inicialmente en colaboración con la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, y a partir de allí la Asociación asume el proyecto y esto nos lleva poco a poco al Proyecto de Vida Independiente, que ha sido el horizonte y seguramente el elemento donde la Asociación Down tiene un componente de innovación y de investigación permanente… Al empleo y a la vivienda, este programa añade la inclusión social y la educación a lo largo de la vida”.

Un aspecto en el que ha desarrollado Vived conocimiento estos años “es que, a veces, no interesa solo el interior de la persona, sino que nos interesa mucho el contexto y cuando yo aplico esto a las personas con síndrome de Down me digo que el funcionamiento de una persona no depende solo de las características personales, sino que en buena medida depende de las oportunidades que tiene en su vida y de los apoyos que se le ofrecen. Todos hemos necesitado oportunidades y apoyos en nuestra vida”.

Destaca Vived, además, las redes de profesionales, a veces trabajando con familiares, que se han generado estos años en la Federación Down España, “que nos permiten ir desarrollando conocimiento a partir de la experiencia”, e insiste en que él ha tratado de ahondar “en lo que denominamos modelo de apoyos, para que las perspectivas de desarrollo de las personas sean lo más comunes posibles”, y espera que se avance en “igualdad de oportunidades”.

Así mismo, Vived ve imprescindible que se modifiquen las políticas de discapacidad para “avanzar en estos tres ejes sustanciales: la inclusión, la vida independiente y la autodeterminación personal”. Además, ha hecho una gran labor “en el aprendizaje cooperativo como estrategia de enseñanza, pero sobre todo como filosofía de vida que trata de buscar soluciones compartidas a problemas que también son generales”.

Sigue Vived colaborando con Down Huesca. Los martes va al albergue de Fonz, donde se prevé desarrollar el proyecto de la escuela de vida independiente, y trabaja “en el desarrollo de proyectos pedagógicos o construyendo paredes; si hay que hacer obra, hacemos obra, que para eso trabajé tres años en la construcción”. Los jueves, además, queda con jóvenes Down en una cafetería, “y soy voluntario en la asociación para lo que surja”.

Ahora le preocupa sobre todo “que hay una deriva individualista terrible que en ocasiones va unida a elementos de tenencia, de tener más que de ser, y que genera a veces una codicia extraordinaria”. Es un proceso “individualizador tóxico” que necesita “respuestas comunes compartidas”. Y cree, por otro lado, que “hay que avivar las relaciones interpersonales, más que con las nuevas tecnologías, cara a cara, que así te ves los gestos, te ves el sentir, etcétera, y no puede haber camuflajes de ningún tipo y hay transparencia”.