El espectáculo Duende Ecuestre, con paso firme por la ciudad de Huesca

“Los nervios para qué”, afirmaba Alberto Borjas, quien está al frente de El Duende Ecuestre, a pocos minutos de empezar el espectáculo. Con este ya son 20 de las 45 funciones que tiene programadas este verano. Aunque este es especial porque, aunque ha realizado ejercicios tanto en Teruel como en Zaragoza “es la primera vez que está en Huesca, y la verdad es que la Plaza de Toros es bastante bonita”.

El espectáculo tuvo un aliciente importante y es que parte de los ingresos que han recaudado serán destinados a la ayuda contra el ELA. Con un alegato, recordando a los presentes la naturaleza de la iniciativa, y con las campanas de Santo Domingo de fondo, el recital inició de forma puntual a las 20h.

Mientras se iban sucediendo los ejercicios de doma, algunos niños se acercaban a las puertas para ver a los caballos de pura sangre como salían o entraban al ruedo a realizar sus ejercicios. Los seis caballos, cinco de pura raza española y uno de pura raza árabe, iban apareciendo, haciendo movimientos que estaban acompañados de música clásica y, también, moderna, algo que para Borjas “es atrevido y diferente, que ningún otro espectáculo ecuestre ha hecho”.

La elegancia era latente en cada movimiento que caballos y artistas realizaba, mostrándolo por todo el ruedo y levantando los aplausos de la gente, gracias a los movimientos antinaturales e imposibles que realizan los animales.

El favorito del público fue el de los “aires altos”, como Borjas predijo, minutos antes del espectáculo, donde uno de los caballos de pura raza -casi desafiando a su naturaleza- realizó una cabriola, que terminó con una patada en el aire. Con este momento, Borjas consiguió arrancar los aplausos del público que se acercó a la Plaza de Toros a disfrutar de los ejercicios.