Huesca

SAN LORENZO 2022

Devoción y sentir laurentino por ver de nuevo al santo

La procesión comenzó con algo de retraso y cierta confusión en los primeros metros en el orden de salida

Pasaban casi 10 minutos de la hora prevista (09.15) cuando echaba a caminar la procesión, algo desordenada, por cierto, conforme a lo que marca los años precedentes, con los timbales del Ayuntamiento, seguidos de la cruz parroquial, el tintinábulo (o campaneta), la umbela, la maza con las armas de la basílica, personas a título individual o con sus agrupaciones vestidas con trajes regionales, las cofradías, el busto del Santo, el terno parroquial, el terno episcopal (una vez incorporados), los Danzantes y la Banda Municipal.

La ciudad celebra el día grande de sus fiestas

Ahí cuando la procesión ya pasaba el cruce de la Correría con la calle Goya, se dio el alto, y quienes vestían los trajes típicos altoaragoneses, dejaron paso a los timbales, la cruz, la campaneta y el etc hasta que todo y todos estuvieron en su lugar.

El recorrido estaba, como era de esperar, lleno a rebosar. Las gentes de Huesca, algunas de las cuales ya habían acudido a ver a los Danzantes, saludaban al santo a su paso. ¡Viva San Lorenzo! Caminar entre los procesionantes y quienes asistían al espectáculo permitía sentir la mezcla de emoción y devoción por el momento de ver al patrón, tan esperado tras dos años sin poder saludarlo.

Los danzantes han vuelto a bailar en la procesión del patrón.

Pablo Gracia, presidente de la Asociación cultural Acordanza, caminaba junto a su hija y su nieta, para quien era el primer San Lorenzo. “Este día es importante, uno de los días con más tradición y más cariño para la gente de Huesca”, señalaba. Coincidía con él la presidenta de la Agrupación Folclórica Santa Cecilia, Alicia Monaj, que destacaba los nervios que desde muy temprano se viven el día 10, porque “empezamos muy pronto a vestirnos, desde las 7. Todos los componentes sacamos nuestras mejores galas y es una emoción muy grande llegar aquí y escuchar los Danzantes. Es el día de la fiesta grande de Huesca y la cara de emoción de la gente lo dice todo”.

En el paso de la Corporación municipal, que seguía al Santo, por la conocida como ‘esquina del Jerezano’, este año no se vio crítica alguna a la gestión. Tan habitual ha sido otros años que la ciudadanía arroje (habitualmente con el lanzamiento de periódicos) sus reivindicaciones a los responsables municipales, que algunos ediles señalaban lo tranquilo que se encontraba ese rincón, ya casi en San Pedro.

Durante la subida hacia la Catedral por San Salvador y Las Cortes los vítores a los Danzantes eran continuos. “¡Vamos!”, se escuchaba, mientras el dance avanzaba, al ritmo de Himno de San Lorenzo, seguido con palmas por el público.

El santo entró en la plaza de la Catedral y antes de parar, ya enfiló para salir acompañado por el obispo, Julián Ruiz Martorrell y el resto de representantes eclesiásticos. Después de esta parada, la corporación municipal salió acompañada por el presidente de Aragón, Javier Lamban; el presidente de Las Cortes de Aragón, Javier Sada; la delegada del Gobierno, Rosa Serrano; la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez; la consejera de Economía, Marta Gastón, y la consejera de Derechos Sociales, Mariví Broto. También caminaba junto a ellos el alcalde de Tarbes (ciudad hermanada con Huesca), Gérard Tremège.

En la bajada por la calle de Santiago, esta vez sí, 'Los de la Cuesta...' le hicieron entrega al alcalde Felipe y al presidente Lambán de un díptico con críticas al estado de cuatro proyectos, todos con alguna dimensión autonómica, como son el Seminario, el aeropuerto, el centro de salud del Perpetuo Socorro y el cercanía Huesca-Zaragoza.

El Coso Alto esperaba que los Danzantes salieran de Lizana, y los choques de espadas y el sonido de la música, la riqueza de tejidos en cada traje tradicional, sus alhajas, y los ramos de albahaca. Las caras de quienes se aglutinaban en las dos aceras, a lo largo de todo el Coso, resumían bien el sentir. “Es un acto bonito y muy importante para los oscenses. Muy emotivo, tras dos años de pandemia. Soy sanitaria, como mi familia, y para nosotros es muy emotivo”, explicaba cerca de Correos.

En la basílica de San Lorenzo, donde ha finalizado la procesión para dar paso a la misa por el día del patrón, no cabía un alfiler. La música y el ruido de las espadas y de las palmas retumbaban en el templo. También lo hacían en el corazón.