Huesca

san lorenzo 2022

Un público crítico en la primera corrida de toros

El público no dudó en entregarse al toreo de Joselito Adame

Ambiente en la plaza de toros en la primera corrida de la Feria de la Albahaca.
Ambiente en la plaza de toros en la primera corrida de la Feria de la Albahaca.
Pablo Segura

“Para ser el primer día, la verdad es que hay muy buen ambiente”, ha comentado un aficionado este miércoles durante la corrida de toros. Concretamente, alrededor de las tres cuartas partes del recinto. Y es que Huesca, un día más, ha demostrado su afición por la tauromaquia.

Aun así, el calor ha sido protagonista durante toda los ejercicios porque, abanico y botella de agua en mano, han sido los perfectos complementos de la jornada de este miércoles,. El público oscenses sabe. Es crítico y le gusta las faenas bien hechas, por eso no ha dudado en criticar los errores que cometían los banderilleros y los picadores y los propios toreros.

“¿Qué os creéis que en Huesca no sabemos de toros?”, ha gritado un aficionado, achacando el ejercicio que estaba realizando uno de los picadores. Exceptuando eso, ha sido una velada tranquila y para ser la primera, la gente ha respondido. Aun así, ha habido que esperar 15 minutos para ver los anillos coloridos de blanco y verde.

En la primera aparición de Antonio Ferrera, el público se ha mantenido un poco tibio, pero con la participación de Joselito Adame, la gente ha ido in crescendo. “Este como es un chaval joven se vendrá arriba”, ha argumentdo otro asistente. Así ha sido, y el público con él, ya que cuando ha cortado las dos orejas, las personas no han dudado en ovacionarlo y una masa de gente se ha apretujado en las barandillas, buscando ser el privilegiado de recibir el obsequio. Las dos orejas han ido parar a dos chavales jóvenes, que eran amigos, y que no han dudado, a pesar de que la sangre cubría sus manos, en hacerse una foto posando con el tesoro.

Como siempre, el descanso casi se podría decir que ha sido uno de los mejores momentos de jornada. Por un momento, el blanco y verde ha perdido peso en detrimento de color grisáceo del papel albal.

Las charangas, por supuesto, han amenizado el ambiente de forma grata, algo que incluso los propios toreros, como Antonio Ferrera han agradecido desde el ruedo. Los peñistas han sido los que con más entusiasmo y con más ruido han convertido la plaza de toros en una olla a presión.