Huesca

SAN LORENZO 2022

Cerca de 500 personas se han acercado al Punto Violeta para informarse

Más mujeres que hombres, tanto jóvenes como adultas, han acudido a este dispositivo durante las dos primeras jornadas

Imagen del punto violeta situado en la explanada del Palacio de Congresos.
Imagen del punto violeta situado en la explanada del Palacio de Congresos.
Javier Navarro

Desde mujeres que han sufrido algún tipo de acoso, “porque las han tocado, se han aprovechado de ellas o las han seguido”, hasta mujeres que se encuentran en una relación de violencia y “al ver el Punto Violeta se han acercado a informarse”.

Este dispositivo presente en la calle durante este San Lorenzo 2022 está recibiendo todo tipo de público, gente joven y personas adultas, “aunque es verdad que se acercan más mujeres que hombres, y suelen presentarse en grupos de entre 6 y 10 chicas juntas”, explica Nuria Latorre, coordinadora del Punto Violeta, en el que, durante el día 9 -detrás del Casino- y desde el día 12 hasta la noche y madrugada de este domingo -en la explanada del Palacio de Congresos-, proporciona información y atención profesionalizada por parte de dos psicólogas a quienes ahí se acercan.

A los recursos disponibles ante una posible situación de violencia machista o agresión sexual se accede mediante un cógido QR.
A los recursos disponibles ante una posible situación de violencia machista o agresión sexual se accede mediante un cógido QR.
Javier Navarro

La mayoría se aproxima para informarse, “en torno a unas 500 personas habrán pasado durante el día 9 y el 12”, explica María Goikoetxea, directora del Instituto Aragonés de la Mujer. Aunque también se han realizado “diferentes asistencias. Bien el primer día, en el que se atendió un caso que se derivó a una denuncia, y luego otras asistencias que sí ha habido que intervenir psicosocialmente”, explican desde el IAM.

Se informa sobre los recursos que hay disponibles y sobre qué hacer en el caso de que se haya sufrido una agresión, pero también sobre qué es la violencia machista y las distintas formas en que se manifiestan, o simplemente darles a conocer qué es un punto violeta, porque no siempre se “sabe cuál es la función de estos puntos violetas, si informar o algo más... pues pocos tienen atención profesionalizada”, señala Latorre.

Cuando quien se acerca es una víctima, “sea cual sea el tipo de violencia machista que haya sufrido, lo primero que hacemos son unos primeros auxilios psicológicos: una acogida emocional de la persona, bien haya venido en un estado de shock o de alta intensidad emocional”, en un espacio anexo a la carpa que proporciona intimidad.

Es esto lo que llaman “primera contención emocional”, tras la cual “se le pregunta qué le ha pasado, dónde ha estado y con quién para obtener esos pequeños datos que pueden ser muy importantes” a la hora de si luego quiere denunciar. Esta información se clasifica para posteriormente hacer un análisis detallado de las atenciones e intervenciones realizadas durante los días en los que el punto ha estado vigente. El objetivo es combatir en primer término “el miedo, porque no se puede denominar de otra manera” al que se siente cuando te agreden o te violan, y convertirse en un “espacio seguro” en donde recibir información y obtener las pautas exactas “para que (la víctima) sepa lo que va a ocurrir, si va a tener que ir al hospital”, porque se le tienen que hacer los análisis serológicos o las recogidas de muestras pertinentes.

Si una mujer se enfrenta a una agresión machista o a una violación y acude a este dispositivo violeta, la intervención que desde ahí se realiza es hecha en coordinación con los servicios sanitarios; uno al lado del otro en el dispositivo emplazado en el Palacio de Congresos.

La información recibida también va dirigida a que la mujer víctima de violencia “pueda tomar las decisiones más efectivas en ese momento”, en relación a si interponer una denuncia o no, “siempre respetando la voluntad de la mujer agredida”, señalan desde el IAM,

Si se quiere denunciar, “siempre acompañada, las psicólogas llaman a la línea 900 504 405, para que venga la abogada o abogado, y la trabajadora social. A partir de ahí sería el momento de decidir si se quiere poner una denuncia o no”, explica la directora del IAM, María Goikoetxea.

¿Soluciones a largo plazo?

Aunque todavía no se ofrecen datos definitivos sobre intervenciones, el balance que por el momento realiza el IAM de la instalación de este dispositivo durante las fiestas de San Lorenzo es “es positivo, pues al acercar los recursos a la ciudadanía se hace un uso que de otra forma no se podría hacer”.

Sin embargo, los puntos violeta son “una solución puntual en un momento festivo”, especifica Goikoetxea. A largo plazo, “lo que tenemos que trabajar es la prevención y en que todo lo que tiene que ver con la violencia contra las mujeres esté interiorizado en todos los recursos y en todos los servicios y que no tuviera que haber un recurso específico, pero también en que todo el mundo sepa cómo hay que reaccionar”, concluye.