Huesca

CONSUMO

Del hábito a la cantidad: los efectos de la inflación en la lista de la compra

Los alimentos básicos se ha encarecido un 22 %, según el Banco de España, lo que provocado que cientos de oscenses compren lo “justo y necesario

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Víctor Arnal, tendero de la ciudad de Huesca.
Pablo Segura

Se habla del aumento del precio en la vivienda, ocio, gas y electricidad, pero el incremento silencioso que se ha producido en los alimentos de la lista de la compra ha pasado a un segundo plano. Ir a comprar una barra de pan y que en vez de que cueste 50 céntimos, valga 55, es algo que puede no afectar mucho al bolsillo. El problema viene cuando en vez de ser una barra de pan, es una lista entera. Una acción diaria que hacen cientos de oscenses como José Gómez, quien se ve afectado por el aumento de precios. Este jubilado en el carrito lleva lo justo: agua, leche, huevos, patatas y pan, algo que le sirve “para toda la semana”. Como vive con su mujer, la inflación no ha cambiado sus hábitos de consumo, es decir, sigue llevándose las mismas marcas, pero sí afirma que “ahora la compra es más reducida”. “Antes comprábamos muchas más cosas a la vez, y ahora lo hacemos poco a poco. Aunque sabemos que haciendo esto tampoco ganamos nada”, admite.

Además de José, también hay perfiles como Victoria, quien compra comida para su marido y sus hijos. “Lo que más he notado es el incremento del precio en la fruta y la verdura”, considera, y lo ejemplifica: “Si antes me gastaba 20 euros en fruta ahora son más de 30”. Aun así, sigue buscando las marcas. “Prefiero la calidad”, señala, pero admite que “las patatas fritas, chocolates o dulces de todo tipo” ya no están dentro de su carrito. “Solo lo justo y necesario”, finaliza.

Los turistas también notan este crecimiento. Juan y Luisa son de Játiva (Valencia) y están pasando unos días en Huesca. Esta pareja, como no puede ser menos, también nota el incremento en los precios, y al igual que Victoria, consideran excesivo el aumento en la fruta. Aun así añaden: “Sí es que, al final es todo”. El matrimonio suele comprar en el mismo establecimiento y en tono jocoso, confiesan que sus hábitos de consumo no han cambiado, “pero dos personas tampoco gastan mucho’’, matizan. Ambos suelen comprar en los mismos sitios, y deshacerse de los dulces o salados que se encuentran en la despensa, convirtiéndose en una trampa mortal entre horas. “Nunca los hemos comprado, y ahora menos”, piensa, soltando una carcajada, Luisa.

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En España, han aumentado los precios un 22 % de media.
Pablo Segura

Perspectiva nacional

A nivel nacional la situación es igual de preocupante. Como recoge el reciente artículo del Banco de España: “El aumento de los precios de las materias primas alimenticias y su traslación a los precios de consumo en el área del euro”, los precios en España han aumentado un 22 % de media, pero hay excepciones, que agravan la situación, como la de la aceite de oliva, que se sitúa en un 37 %. El informe, además recoge la media de la subida en otros productos como los cereales, el café, los lácteos y huevos, y la carne, que lo hicieron en torno a un 16 %, 11 %. 16 % y 10 %, respectivamente.

En el otro lado de la moneda

Atendiendo a esta pareja valenciana, se encuentra Víctor Arnal, quien está al cargo de uno de los ultramarinos con más tradición en la ciudad. Y es la otra cara de la moneda. Además de vender, también provee a su establecimiento de productos, y el efecto de la inflación le ha dado por los dos lados. “Se ha notado bastante’’, lamenta. El tiene una perspectiva más general del problema, y achaca la situación al aumento de los costes en transporte marítimo. El tendero pone de ejemplo a la naranja, ya que gran parte del suministro viene de Sudáfrica, lo que provoca que hayan aumentado su coste.

Aún así nota que otras frutas como el melocotón “la cosa se está estabilizando”, matiza. Bajo su percepción, sus clientes siguen comprando lo mismo, aunque “en menor cantidad”, y añade: “Muchos prefieren ir a los supermercados porque es más barato, algo que entiendo, pero no se puede comparar la calidad”. Además de las frutas, el tendero vende conservas, que llevan aceite, el producto que más se ha encarecido: “Sobre todo lo estoy notando en las nuevas remesas que me llegan ahora. Esto está provocado que la gente haya dejado de comprar tanto este tipo de producto”.

Como reflexión personal, Arnal también opina que una de las causas de la reducción de ventas es debido a que la gente se administra muy mal el dinero, lo que provoca dificultades a la hora de hacer la lista de la compra: “No quito que haya una inflación que esté afectando mucho, que es algo que estamos arrastrando, pero hay muchas personas que no se saben gestionar el dinero y provoca que se busquen opciones más económicas para solventar los problemas”, finaliza.