Las personas mayores, el grupo de edad que más casos suma de suicidio

EL SUICIDIO es la principal causa de muerte no natural en España, por delante de los accidentes de tráfico. Este problema social va en aumento, y en la Comunidad ya mueren más de 100 aragoneses cada año por este motivo. A este hecho, se le suma otro dato preocupante, las tentativas de suicidio. El prólogo de la Estrategia de Prevención de Suicidio de Aragón, coordinada por la Dra. Isabel Irigoyen, Psiquiatra del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza, indica que por cada suicida que acaba en fallecimiento, hay 20 tentativas. El documento es un plan estratégico elaborado en 2020, cuando se constituyó un grupo de trabajo para establecer una hoja de ruta en la detección de personas de riesgo y dar alerta.

Los problemas psíquicos que rodean a la mayoría de los casos, porque no necesariamente tienen diagnosticada una enfermedad, se pueden prevenir mediante actuaciones asistenciales

El grupo de edad que más frecuentemente comete estos actos, son las personas mayores, y en segundo lugar, los jóvenes. Comunidades como Aragón, Galicia o Castilla la Mancha son las que registran mayores tasas de suicidio, precisamente por ser territorios con más población envejecida. “Existe un mayor riesgo en varones mayores, especialmente en la franja de los 70-80 años. Es una fase de la vida donde se acumulan pérdidas, ya sean de seres queridos, salud física, económicas...” indica Javier Olivera, psiquiatra en el hospital universitario San Jorge de Huesca. A menudo, este perfil experimenta aislamiento social y soledad. El riesgo aumenta cuando sufre enfermedades físicas, consume alcohol, sufre problemas económicos, cuida de una persona dependiente o sufre depresión y otros trastornos mentales previos. Los datos sobre personas veteranas apuntan a que 25 por cada 100.000 habitantes se encuentran en esta situación. Las señales para su detección pueden ser discursivas, conductuales, físicas y anímicas. El documento de prevención de suicidios de Aragón, recoge al detalle una lista de todas ellas: hacer cartas de despedida, abandonar actividades significativas, aumento o disminución marcada de horas de sueño, pérdida de interés, sentimientos de humillación, irritabilidad, rabia....“Es importante resaltar que estas situaciones se pueden prevenir y tratar. El acompañamiento y la asistencia son fundamentales” afirma Olivera.

El plan preventivo, recoge indicaciones destinadas a las familias o personas cercanas. Mantener contacto frecuente personal o telefónicamente, escuchar sin juzgar, validar lo que la persona está sintiendo, y ofrecer ayuda con las gestiones necesarias para que sea atendido en su red de salud, son acciones que pueden servir de gran ayuda. José Manuel Lalana, psiquiatra del Centro de Salud de Huesca Pirineos, insiste en la importancia de que: “el paciente ha de sentirse escuchado, sin hacerle sentir culpable y sin juzgar. No siempre comunica su tentativa de suicidio, ni todos sus pensamientos. Por otro lado, señala que actualmente, el centro de salud de Huesca “está abarrotado”. “Hay largas listas de espera para atender a los pacientes... llegan a esperar meses. No hay suficiente personal ni inversión” indica Lalana. Asimismo, recalca la necesidad de que el paciente acuda a terapia y tenga “soporte social” por parte del sistema.

Llamada a la vida

Para una atención urgente, el afectado puede llamar al 112 o al 024. Para solicitar ayuda no urgente, puede pedir cita en el centro de salud en Huesca a través del teléfono 974 215 746.

Si la persona necesita apoyo psicológico o se siente mal puede llamar al Servicio de Atención Telefónica a Personas Mayores (900 252 626), el teléfono de la Esperanza (976 232 828) y al teléfono de la Esperanza para la prevención del suicidio (717 003 717). l