Huesca

SECTOR RESTAURACIÓN

La reapertura definitiva de ‘El Oscense’, la vuelta de un clásico

La hora del vermú recupera un lugar importante tras tres meses cerrado

Amistades, familiares y clientela habitual acudieron a la inauguración.
Amistades, familiares y clientela habitual acudieron a la inauguración.
Verónica Lacasa

Este jueves fue el día en el que finalmente reabrió sus puertas, y cuando entras notas que ha cambiado algo, pero parece el mismo.

La reapertura, con la que la ciudad y las y los oscenses recuperan uno de los bares más clásicos de Huesca, ha llegado tras tres meses en los que el establecimiento ha permanecido cerrado. Desde que la familia Pano cerrara sus puertas tras más de siete décadas al frente, Belén Sanz Cano, nueva propietaria de El Oscense, que además gestiona La Rebotica y Las Letras, ha estado esperando el día de volver a abrir “con toda la ilusión del mundo y que toda la clientela y los oscenses que vengan aquí estén muy a gusto”.

Sanz quiere agradecer a todo el mundo que se acercó durante San Lorenzo, “lo pasamos genial, el ambiente fue increíble y nos acogieron de maravilla”. Y es que sabía que esa semana “era importante”. “El Oscense es un sitio con mucha tradición y no queríamos dejar a los oscenses sin el Oscense”, explica.

El interior mantiene el estilo clásico de antaño, pero con algunos detalles propios de la nueva dueña.
El interior mantiene el estilo clásico de antaño, pero con algunos detalles propios de la nueva dueña.
Verónica Lacasa

Desde el viernes, cuando se accede al interior del establecimiento, se observa cómo la nueva propiedad ha querido “hacer un poco suyo” este lugar mítico del vermú, y de ver los partidos de fútbol, desde que no había televisiones en los hogares. “Hemos pintado con unos colores clásicos, que nos parecieron muy adecuados para el local, y la gente cuando entra lo ve cambiado pero al mismo tiempo piensa que está en el antiguo bar Oscense”, explica, y se muestra convencida de que “esa esencia, que todo el mundo nos decía que no teníamos que perder, sigue aquí”.

Una esencia que reside en las mesas de mármol con patas de hierro forjado, que hoy se combinan con otras de corte más moderno. En la barra, algunos coperos nuevos y, fundamental, un nuevo equipo renovado de atentas camareras y camareros, y por supuesto, “música para que el ambiente sea un poco dinámico”. En horario de mañana, para los desayunos; para el vermú, “pues siempre ha sido muy importante y queremos que siga siendo así”, y por supuesto en horario de tarde; “de todas formas, esto es lo que inicia uno, el bar después te va llevando y modelando los horarios y la clientela”, concluye Sanz.