Huesca

Las personas mayores son las olvidadas ante la violencia

La cifra negra en este colectivo es mayor que la de violencia de género. El miedo o no molestar, entre los motivos por los que no denuncian

La charla forma parte de un ciclo organizado por ex alumnos de la Universidad de la Experiencia.
La charla forma parte de un ciclo organizado por ex alumnos de la Universidad de la Experiencia.
Verónica Lacasa

Existe una serie de características propias al colectivo de personas mayores que les hacen estar en una situación de mayor vulnerabilidad frente a la posibilidad de ser víctimas de determinados delitos. Así mismo, hay un porcentaje muy bajo de denuncias interpuestas por las personas mayores que han sido víctimas de algún delito.

“Según la OMS, solo el 5%” de personas mayores víctimas de algún delito dan el paso de denunciar. Esto deja una “cifra negra” -la que se refiere a quienes aún sido víctimas no denuncian- que, en la experiencia del oficial de la Unidades de Atención a la Familia y Mujer (Ufam) de la Policía Nacional de Huesca, Rubén Cuenca, supera a la presente en casos de violencia de género.

En la charla ‘Los Olvidados, sobre violencia doméstica y otras formas de violencia sobre los mayores’, organizadas por exalumnos de la Universidad de la Experiencia y que se ha celebrado este jueves en la Facultad de Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca, Cuenca ha señalado como el padecer enfermedades, estar aisladas, la inadaptación al mundo digital, la pérdida de facultades o ser cosificadas es lo que convierte a las personas mayores en objeto de determinados delitos.

¿Por qué esa cifra negra?

“En la sociedad en la que estamos, se prima la parte económica”, explicó el oficial, y “tendemos a apartarlos, en residencias” o a dejarlos “solos en el domicilio”. Una realidad en la que se da también esa “cosificación”, pues “son personas que llegan o bien con una capacidad económica precaria o bien con ahorros, y ambas les hace igualmente vulnerables”.

Si se buscan las razones, “hay mil, como hay mil casuísticas”, ha apuntado el oficial. Desde no preocupar a la familia y no molestar, a que “sufran senilidad, depresión u otras enfermedades mentales” que les lleven a decidir “no hacer nada y apechugar con lo sucedido; porque no saben a quién acudir al estar solas; por miedo a represalias en casos de extorsión; porque viven en núcleos rurales” donde no llega la Policía o la Guardia Civil, o “porque llevan sufriendo toda la vida algún tipo de maltrato y ya aceptan que la vida es así”; esta última, frecuente sobre todo entre las mujeres casadas, maltratadas por sus parejas. De hecho, solo he detectado que denuncian en dos ocasiones, cuando han perdido todo su patrimonio por estafa y cuando es algo que afecta a sus nietos”.

En cuanto a los delitos más frecuentes contra las personas mayores, el agente ha explicado que “depende” de si residen en el domicilio, en las residencias o en su rol como ciudadano. Así, los actos delictivos que más se proyectan sobre este colectivo pueden ir desde un atraco en el que un grupo de personas rodean al objetivo y le roban la cartera o pertenencias -conocido como “mimosas”-; estafas o fraudes, u otros en los que se produce el robo en el domicilio, tras acceder mediante el engaño al ofrecerles, por ejemplo, “una limpieza gratuita del colchón”.

El papel de las familias

Entre las familias, a quienes se les presupone ser “los garantes” del bienestar de sus mayores y encargarse de “cuidar”, ha explicado Cuenca, “pueden darse dos circunstancias”, que las familias “estén muy ocupadas y busquen a una persona que cuida de la madre o el padre y ‘yo me despreocupo’. O que sea la propia familia la que provoca las agresiones -otra razón que engorda esa cifra negra-”.

Un contexto, el de los cuidados a las personas mayores, en el que se da “un componente machista en cuanto a que son las mujeres en quienes se suele delegar las tareas de cuidados”, ha añadido, propiciado por ese machismo que entiende, entre otras cosas, que “un hombre no puede ver desnuda a su madre para atenderla y cuidarla, pero una hija sí puede ver desnudo a su padre”.

A si las mujeres son más vulnerables que los hombres, Cuenca ha respondido que sí, pero “porque viven más años. A grados de senilidad o dependencia llegan más mujeres, por lo que hay más mujeres víctimas que hombres”. Además, “las masculinidades históricamente heredadas hacen que un hombre no cuente lo que le pasa y debe aguantarlo por ser hombre”, ha concluido el agente.