Huesca

PONENCIA

Las diferencias existen al afrontar el cáncer en las mujeres

Particularidades genéticas sociales o económicas determinan la vivencia de la enfermedad

Un momento de la charla, con Mamen Mendizábal, Fernando Gil, Rosa Molina y José Manuel Ramón y Cajal.
Un momento de la charla, con Mamen Mendizábal, Fernando Gil, Rosa Molina y José Manuel Ramón y Cajal.
D. A.

Existen diferencias entre mujeres y hombres cuando unas y otras afrontan un cáncer. Particularidades de carácter genético, fisiológico, a nivel hormonal, heredadas socialmente, de tipo económico o a raíz del sesgo en los estudios clínicos en los que ellas no están representadas.

Una primera de esas diferencias podría ser que “las mujeres tendemos más a compartir”, “somos más sociables, y eso cuando hablamos de cáncer es positivo”, afirmó la periodista Mamen Mendizábal, que participó junto al catedrático en Sociología, Fernando Gil; la psiquiatra y divulgadora Rosa Molina y el presidente de la Asociación contra el Cáncer en Huesca, José Manuel Ramón y Cajal, en la mesa Mujer, Cáncer y Equidad, celebrada ayer en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner, y que estuvo moderada por la periodista Esther Puisac.

Diferencias “que todavía no se ven”, pese a lo evidente de la mayoría; “incluso algunos oncólogos creen que la diferencia no la media el género, sino la personalidad, pero no es el azar, sino factores sociales que hay que corregir”, explicaba Gil. A lo que ayudaría, apuntó la periodista, “que más mujeres se incorporen a los equipos directos, la filosofía y la práctica de la medicina también cambiará”.

Diferencias como que hay un 34 % más de riesgo de tener efectos secundarios por tratamientos oncológicos, según un estudio realizado entre más de 23.000 personas en Estados Unidos; o como el hecho de que la mujer “sufre más” el cáncer tanto como paciente, “por tener una mayor esperanza de vida”, insistía Gil. También de forma indirecta, mediante el “cáncer vicario”, en referencia al que padece otra persona de la familia, porque “quien cuida es la mujer”.

Situaciones en las que sin embargo las mujeres muestran más resiliencia, con una mayor conciencia para pedir ayuda y esa “mayor capacidad de verbalizar nuestras emociones, porque está mejor visto”, apuntó Molina.

Este hecho, que las mujeres expresen su sufrimiento, o que muestren su resiliencia o se comuniquen más, contribuye “pedagógicamente no solo a que más mujeres vayan a revisión sino también emocionalmente a sentir que lo nuestro ya lo han pasado otras”, señaló Mendizábal