Huesca

25N-Día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres

Educar para la igualdad: una labor solitaria y todavía insuficiente

Lograr una sociedad más igualitaria, obliga a formar al conjunto de la sociedad. La comunidad educativa lo hace, pero aún quedan retos pendientes

Alumnado del IES Lucas Mallada, junto a la estructura de mariposas creada con motivo del 25N.
Alumnado del IES Lucas Mallada, junto a la estructura de mariposas creada con motivo del 25N.
Pablo Segura

Acabar con las violencias machistas a través de la educación. La frase es recurrente cuando se afronta cómo eliminar la violencia que se ejerce contra las mujeres. Algunos indicadores, como la Estadística de Violencia Doméstica y Violencia de Género del INE, según la cual, en 2021 fue entre las mujeres menores de 18 años donde más aumentó el número de víctimas de violencia de género, hacen que se entienda urgente formar a las y los jóvenes, pero para ello antes hay que formar al profesorado y el resto de la comunidad educativa.

En Aragón, la formación en igualdad dirigida a docentes se articula a través de la Dirección General de Innovación y Formación Profesional del Departamento de Educación. “Llevamos mucho tiempo, pero sobre todo desde que es obligatorio implementar un plan de igualdad en los centros”, explica Mónica Gómez, asesora técnica de la citada dirección general.

Dicha formación -impartida a través de los centros de profesorado u organizada directamente por Educación- está “dirigida a las personas que se encargan de la Coordinación de Convivencia e Igualdad (ahora ha pasado a denominarse de Bienestar y Protección) -una en cada centro sustentado con fondos públicos-.

Ana Camino es coordinadora de igualdad del IES Lucas Mallada. Sonia Martín, cumple con el mismo rol en el Ceip Alcoraz. En teoría, quienes ejercen esta coordinación deberían “transmitir” lo aprendido “al claustro. Son los encargados de impulsar cambios y acciones entre la comunidad educativa”, apunta Gómez, pero en la práctica, no es tan sencillo.

La formación recibida “la invierto en hacer actividades para el alumnado”, porque, según esta docente, trasmitir esta formación al profesorado no es fácil. La formación cree “que está bien, pero se queda un poco justo, y es a una persona por centro, que es muy poco”, apunta.

Martín, en su caso no encuentra tantas reticencias y consigue compartir lo recibido a través de la Comisión de Igualdad y Convivencia que en su centro se reúne cada 15 días, pero reconoce que a veces se sienta “sola, porque eres tú quien tiene que dinamizar y todo parte de eso”, por eso echa en falta “tiempo”, que alguien le eche una mano y “recursos económicos”. Esa misma sensación está también en Camino, la falta de tiempo y los pocos recursos para implementar esa formación. 

Entre las acciones a impulsar está la elaboración del plan de igualdad del centro. Había que hacer una evaluación y después, un diagnóstico. "Casi todos los centros tomamos como referencia una encuesta que hizo el centro del profesorado de Sabiñánigo que hizo una encuesta muy chula y la tomamos como referencia", explica. Tres encuestas, al alumnado, al profesorado y a las familias, de las que sacar datos y analizar. A partir de ahí planteas actuaciones para corregir. Su plan de igualdad va a enfocarse un lenguaje más inclusivo en la documentación del propio centro,  en desarrollar actividades con el  alumnado, unas puertas violetas a modo de mural informativo "y cuatro tutorías al año, en noviembre y febrero, tiene para tratar sobre violencias e igualdad". Según va avanzando las edades, materiales audiovisuales, podcast, charlas, representaciones teatrales, o leer el manifiesto que se leerá hoy 25 de noviembre, Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres.

Van quienes tiene una sensibilidad

Por el momento las formaciones que específicas en igualdad, "sobre todo acudan personas que están interesadas y en sintonía con esa cuestión". Es decir, la tarea recae en quienes ya tienen una perspectiva de género incorporada. "Desde que existe esa figura de coordinador y coordinadora de convivencia de igualdad, los centros están trabajando cuestiones de igualdad. El mensaje va calando poco a poco pero es un proceso lento y en los centros educativos esas personas se encuentran con resistencias. Pero creo que es minoritario y que además es un trabajo de todos y todas", explica.

Pablo, de 15 años, alumno del IES Lucas Mallada e integrante de la Comisión Juvenil de la Escuela de Igualdad el Ayuntamiento de Huesca, cree “que se intenta trabajar, en tutorías, con el 25N u otras fechas señaladas”, pero piensa que “debería abordarse de otra manera”. Por ejemplo, con más charlas, como la de “una psicóloga que habló sobre violencia de género, eso me pareció más interesante y dio más que hablar”, pues otras actividades, a base de vídeos y cuestionarios “son siempre lo mismo, no nos llama tanto y eso nos cansa”.

Percibe claramente como la desigualdad y las violencias afectan diferente a las chicas que a los chicos. Por ejemplo, durante un debate en clase, "las chicas lo sentían como algo muy cercano y muy real y lo notaban mucho, y para los chicos como que era imposible a nuestra edad. Esos debates estaban muy bien". 

Rosana Liesa, presidenta de Fapar Huesca, reconoce que “ha habido una evolución”, especialmente desde que en la DGA, la Subdelegación y el Ayuntamiento -que acaba de abrir una Comisión de Familias, similar a la Juvenil- “ha habido una profundización” en la formación que ofrecen, a través del Plan Director, "que está muy presente en los centros con las charlas a chavales pero también para familias, que en Huesca se nos da presencial en el centro de profesorado, y on-line. Este año en la Comisión del Plan Director, se decidió que se dedicará una chara de mayor entidad sobre Igualdad y Violencia de Género y se tratará aparte".

A su vez, Fapar acompaña a las madres y padres, dándoles la formación básica de como funciona el centro y desde su propia  Escuela de Familias tiene una charla que se pueden solicitar por parte de las amypas, y trata de educación afectivo sexual, de igualdad y prevención de violencia,   

Sobre la participación por parte de las familias en las distintas actividades, dice que "es desigual y a veces se hace difícil llegar a todos. Se percibe bien pero necesitamos que haya más participación”, explica Liesa. Ha detectado, que la participación se reduce al empezar Secundaria. Cree que “en los centros se está haciendo bien”. Para las familias echa de menos que se trabaje más allá de la prevención: “Nos gustaría tener otras perspectivas”.