Huesca

SALUD MENTAL

“Las pacientes de TCA sufren una lucha eterna que no les deja vivir en paz”

La anorexia es la enfermedad mental, que afecta sobre todo a mujeres jóvenes, con una mayor tasa de mortalidad

La Junta de la Asociación Aragonesa de Familiares de Pacientes de TCA (Arbada).
La Junta de la Asociación Aragonesa de Familiares de Pacientes de TCA (Arbada).
S.E.

Perfeccionismo, alto nivel de autoexigencia y obsesión. Son algunas de las palabras que definen el perfil las personas que sufren anorexia. Los Trastornos de Conducta Alimentaria son más frecuentes en mujeres -9 de cada 10 casos- según los datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia y el 94 % se sitúan entre los 12 y 36 años. El 30 de noviembre se celebra su día mundial, con el fin de recordar la lucha diaria de quienes padecen estos trastornos, concienciar a la sociedad del sufrimiento de pacientes y familias y sobre todo, recordar que superarlo es posible.

En Huesca, existe una unidad especializada en TCA. Carmelo Pelegrín, jefe de psiquiatría del Hospital Universitario San Jorge de Huesca, explica que “tienen un patrón de la conducta alimentaria anormal motivado por causas psicológicas. La anorexia y la bulimia son dos de los trastornos pero existen otros”. La anorexia nerviosa atiende a “un miedo patológico a engordar, un peso por debajo del índice de masa corporal y una distorsión de la imagen corporal”, la bulimia “comparte con la anorexia esa fobia a engordar, sin embargo, no se produce restricción alimentaria. En cambio, realizan conductas purgativas a través del vómito”, distingue Pelegrín.

Por otro lado, existe el trastorno por atracón, “algo cada vez más frecuente en las consultas”, desencadenado por emociones negativas- ansiedad, depresión-. Estas personas ingieren una gran cantidad de comida en poco tiempo. “No tienen tanta preocupación por la imagen corporal, aunque les incomoda y, a diferencia de la bulimia, no se producen el vómito”. La ortorexia, por su parte, no está incluida en los manuales de enfermedades de salud mental, pero se trata de “chicos o chicas que se restringen determinados alimentos que consideran insanos. Cuando esto llega a ser obsesivo, hablamos de ortorexia” aclara Pelegrín.

El trastorno más complicado de tratar, apunta el psiquiatra, es la anorexia nerviosa. “Estas chicas cuando acuden a consulta, lo hacen con unos índices de masa corporal muy bajos. Si lo normal en gente joven es a partir de 18,5, ellas vienen con índices de 12, cerca del riesgo vital. Al estar tan desnutridas, su cerebro pierde sustancias neurotransmisoras, y neuroplasticidad, lo que produce que sea más difícil trabajar con ellas. En estos casos, se procede al ingreso hospitalario para nutrirlas, o bien por vía oral o vía nasogástrica. Se les aísla de la familia y se les ofrece técnicas conductuales y psicológicas”, explica el psiquiatra.

Las consecuencias de estos trastornos son físicas. Si aparece en la pubertad puede haber atrasos en el crecimiento, osteoporosis... y tras varios años de enfermedad aparecer otro tipo de problemas, de carácter bucal o gastrointestinal, entre otros. También de tipo psicológico. “Supone un parón en su vida académica en muchas de las ocasiones y afecta, sin duda, a su vida social”.

El 40 % evoluciona bien, otro 40 % lo hace de manera parcial y hay un 20 % que se cronifica. En este sentido, apunta que el porcentaje de pacientes crónicos en sus consultas tiende a la baja. “Hemos visto dos casos de fallecimiento en Huesca por esta razón. En sus casos nunca acudieron a tratarse”, cuenta Pelegrín. La anorexia es la enfermad mental con mayor tasa de mortalidad, por encima de otras como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, según los datos de la Fundación Cofares y FITA.

El tratamiento del TCA es multidisciplinar- psicólogos, psiquiatras y endocrinos- para el conjunto de expertos, entre ellos Marina Díaz, vicepresidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, quien declara que “faltan profesionales”. Son trastornos “que conllevan un largo recorrido y, para ello, se debe acompañar al enfermo con paciencia”.

Los factores son diversos: predisponentes- psiquismo individual, familia, contexto sociocultural...; “muchas han sido objeto de burla en algún momento de su vida y se han desarrollado con una baja autoestima. Son muy sensibles y tienen mucha rectitud”, indica el psiquiatra-, y factores precipitantes -como el estrés, régimen y pérdida ponderal- y unos factores de mantenimiento o cronificación, asociados al entorno.

“El modelo de educación familiar influye”, aunque señala que no deben sentirse culpables, ninguna de estas situaciones determina para padecer la enfermedad. Superar el sentimiento de culpa por parte de las familias es un elemento importante para establecer una mejor comunicación y comportamiento con la persona afectada.

Apoyo a las familias

La Asociación Aragonesa de Familiares de Pacientes de TCA (Arbada) acompaña a las familias desde 1997. “Asumir que un familiar tiene un problema mental es complicado. No sabes cómo actuar. Esto ya supone un gran cambio conductual en la familia. Las horas de la comida pueden ser una batalla campal que no sólo afectan a la persona enferma, sino a todo su entorno”, explica Mari Carmen Galindo, presidenta de Arbada. Detectar la enfermedad es complicado la mayoría de ocasiones. Existen signos de alerta como cambios en el carácter: “No están contra de ti. Es su cabeza, sufren una lucha eterna que no les deja vivir en paz. Sufren muchísimo. Si comen piensan que están pecando y si no, que están haciendo sufrir a los demás. Son tremendamente sensibles”, cuenta Galindo.

La Asociación, ubicada en Zaragoza, ofrece cursos de orientación para las familias que conviven por primera vez con la enfermedad, con el fin de hacerles comprender en qué consiste y de qué recursos disponen. Asimismo, existen sesiones de acompañamiento y apoyo psicológico a familiares, además de talleres específicos, alguno de ellos en colaboración con el Instituto Aragonés de la Juventud, que organiza actividades para que “las pacientes tengan otras vivencias que no sean la enfermedad”, explica Galindo.

Por otro lado, Arbada ha colaborado con la Guía de Prevención de Trastornos de Conducta Alimentaria, publicada en febrero de 2022 por el Gobierno de Aragón, un documento que trabaja los conceptos fundamentales de los trastornos, sus causas y recursos. En materia de prevención, Arbada ha trabajado en los centros educativos de Huesca. Este tipo de actuaciones adquieren mayor relevancia en un contexto donde se han multiplicado los casos de anorexia, bulimia y atracón tras la pandemia. Dos de las unidades especializadas en la Comunidad, en Zaragoza, atendieron el año pasado 140 nuevos diagnósticos, frente a los 71 de 2019. Arbada celebrará próximamente un taller para afrontar las navidades con una paciente de TCA.