Huesca

COMERCIO

La pastelería reclama estudios propios en Formación Profesional

El presidente del Gremio de Pasteleros Artesanos de Huesca aboga por “dignificar la profesión” y “hacerla más atractiva” para los jóvenes

Colas en la Pastelería Tricas en su último día de apertura.
Colas en la Pastelería Tricas en su último día de apertura.
Roger Navarro

El Gremio de Pasteleros Artesanos de la provincia reclama, como tantos otros sectores, una reorientación y potenciación de la Formación Profesional para que esta adapte sus enseñanzas a la realidad actual, “dignifique la profesión” y “la haga más atractiva” para los jóvenes.

Jesús Tolosana, presidente del Gremio -la asociación empresarial del sector-, explica que en la pastelería tradicional, “como en los demás oficios”, “ya no se aprende como antes”, en alusión a la extinta figura de los aprendices.

La pastelería tradicional de la capital altoaragonesa ha visto desde el año pasado como dos de sus establecimientos más tradicionales, Ortiz y Tricas, bajaban la persiana definitivamente. El último, hace escasos días y a causa de la falta de relevo generacional.

Al respecto, Tolosana precisa que una de ellas ha traspasado el negocio -Ortiz- y apunta a los cambios que está viviendo el sector, muchos de ellos comunes al comercio minorista.

Entre las causas específicas, el presidente del Gremio de Pasteleros Artesanos comenta que “últimamente han surgido obradores que a su vez venden en ciertos establecimientos y en otro tipo de tiendas, y que no son solo pastelerías”. “Hay un cambio en lo que se entiende como pastelería, que debe estar cada vez más abierta a productos que no hacemos nosotros”, resume.

“Antes las pastelerías eran familiares, los hijos seguían la tradición, pero ahora es cada vez más difícil porque requiere del establecimiento y del obrador, que son dos locales”, expone.

A su juicio, la pastelería tradicional debe “especializarse más”, especialmente por la aparición de “nuevas marcas en grandes superficies”. “No es el mismo proceso y no es el mismo precio. Debemos hacer que los clientes apuesten por una pastelería más sana y de mayor calidad”, indica.

Para ello, abunda en su propuesta de mejorar la formación, recalcando que afecta a todos los oficios, como también demuestran las peticiones de presidentes de otras patronales. “No hay estudios específicos en Aragón, sí dentro de los de Hostelería, pero necesitan conocimientos diferentes, temarios muy adaptados a la pastelería actual y, por mucho que se esfuercen en la escuela, no lo están”.

Y las compras por internet es otro fenómeno de importante calado, este general para el comercio minorista. “Afecta y cuanto menos comercio hay en la calle, menos actividad comercial hay y eso perjudica a todos”.

"A tope hasta el 8 de enero"

En otro orden de cosas, el sector se encuentra ahora "en el mes pastelero" por excelencia gracias a los turrones, las especialidades que solo se consumen esta época o los roscones de Reyes. "Hasta el 8 de enero estamos a tope", declara Jesús Tolosana.

Este pico de actividad es compatible con una mala situación económica general. "Sufrimos como todos los costes de producción, de materias primas... que de ninguna manera podemos repercutir en la misma proporción en los productos, porque los clientes no podrían asumirlos, así que hay menos márgenes y rentabilidad", explica el presidente del Gremio de Pasteleros Artesanos.

A través de la Confederación Nacional, el sector pidió ayudas al Gobierno central (bonos energéticos, por ejemplo), "pero hasta el momento no ha habido respuesta y a las pequeñas empresas nos está afectando bastante".

Tolosana cree que la alta inflación proseguirá, "por lo menos", la primera mitad del año que viene. "El poder adquisitivo de los clientes está disminuyendo y se prevé que los seis primeros meses de 2023 al menos sean duros para el pequeño comercio".