Huesca

coyuntura económica

Inflación, contención salarial y guerra pueden pasar factura a la Navidad

El tipo de consumo ha cambiado y se está a la espera de ver su efecto o no en las compras. Feaccu asegura que  ya se han reducido las compras 

Clientes en un supermercado de Huesca.
Clientes en un supermercado de Huesca.
Verónica Lacasa

Con unas subidas salariales casi cuatro veces menores al IPC registrado en noviembre, la época de mayor consumo del año se aproxima con la convicción bastante generalizada de que la alegría de otros años a la hora de gastar va a ser inferior, como ya se viene dejando sentir desde que la inflación escaló a niveles no vistos desde hacía décadas. La incógnita es si esa contención en el gasto será considerable o se quedará en moderada.

El último dato del Índice de Precios de Consumo (IPC, la inflación) es del 7,2 % interanual en noviembre en Huesca. Cotejándolo con las estadísticas del Ministerio de Trabajo sobre negociación colectiva, la subida salarial media firmada hasta octubre en los convenios colectivos de la provincia se queda muy atrás, en apenas el 2,04 por ciento. Y esa diferencia, ya acusada desde hace meses, hace más difícil llegar a fin de mes y, por ende, el consumo se retrae.

Feaccu, la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de la provincia de Huesca, evidencia que “la escalada de precios en alimentación y en servicios básicos de primera necesidad, como luz y gas, hacen que los gastos imprescindibles se disparen en las familias”.

Al respecto, cabe anotar que, según el INE, los precios en los subgrupos de alimentos y de electricidad, gas y otros combustibles son de los que más se han encarecido en los últimos meses. Al concluir noviembre, los costes del subgrupo de alimentación habían subido un 15,8 % en los últimos doce meses en la provincia altoaragonesa y los de electricidad, gas y otros combustibles, el 4,1 %. Pero cabe recordar que la inflación en la energía llegó a superar el 20 % meses atrás.

Y con este escenario llegamos a la Navidad. Agustín Cabrero, adjunto a la gerencia de Supermercados Altoaragón, afirma que todavía es pronto para hablar de cómo van las compras navideñas, ya que “lo fuerte” ha empezado esta semana y se prolongará hasta las fechas señaladas. A comienzos de esta semana, el consumo estaba siendo “como el de una semana normal”, es decir, no navideña, pero Cabrero explica que con datos de tan pocos días “no se pueden sacar previsiones todavía”.

Cabrero pronostica que lo decisivo serán los productos frescos y sus precios. “Y eso, hasta el último momento no se sabrá”. Estos “se van viendo semana a semana, dependen de las lonjas y de otros muchos factores, y son una incógnita porque llevamos unos años que cada semana pasa algo -en alusión a la covid, la guerra de Ucrania, temporales, sequías...-. No se pueden hacer previsiones a corto plazo”.

La incertidumbre respecto al coste de estos productos se contrapone con las certezas para otros. Así, asegura que el precio que actualmente tienen los turrones, los productos secos navideños y las bebidas “será el que habrá hasta Reyes, e incluso podrá mejorar”. “En esto no habrá subida, otra cosa son leches, mantequillas... productos que no dependen de nosotros, sino de los productores y cada semana hay alguno que los aumenta y nosotros tenemos que repercutirlo”, señala.

Por su parte, Feaccu expone que “los consumidores ya han reducido sus compras, evitando los caprichos y lo superfluo” estos meses, casi un año, de muy alta inflación. Y aunque se haya moderado relativamente últimamente, prevé que tampoco Navidad se salvará de esa contención, tanto “en bienes en general como en alimentación”.

Y es que además existe “incertidumbre” sobre el futuro, cuyas “previsiones son malas: la subida de tipos de interés, de las hipotecas, generan una desconfianza y que no estemos para consumir y gastar de forma irreflexiva”. La Federación tampoco pasa por alto la prolongación de la guerra de Ucrania. “Se gastará menos en los alimentos típicos de estas fechas pero que son un lujo del que se puede prescindir”, pronostica Feaccu.

Nuevos hábitos obligados ante la inflación

Como todos necesitamos comida, agua caliente y calefacción, la única opción que queda es, como expone Feaccu, “reducir las compras a lo estrictamente necesario”. Y eso es lo que llevan haciendo los ciudadanos desde hace meses, señala. “Hay una pérdida de poder adquisitivo y de la capacidad de ahorro”, enfatiza la Federación de Consumidores. “Con la misma cantidad de dinero se pueden comprar menos que antes”, explica de una manera más directa.

Y esto ha llevado a cambios tanto en el volumen general de consumo como en los hábitos, con el crecimiento de las marcas blancas, compras más frecuentes pero de menores cantidades, dedicar mucho tiempo a ver precios en diferentes establecimientos, inclinarse más por las promociones...

A estos nuevos hábitos de consumo también se refiere Cabrero. Sin embargo, no ha apreciado estos meses atrás un frenazo tan brusco. “Está un poco más contenido y ralentizado. Son años muy difíciles de comparar porque primero vino la covid y ahora la guerra de Ucrania, que ha hecho subir el aceite de girasol, los cereales, los lácteos, las harinas...”, ya que este país es un gran productor.

Pese a ello, “el número de clientes es más o menos igual pero se va más a la tienda y hay menos gasto”, explica a la vez que indica que “ahora se aprovechan más las promociones y la gente espera más a que se pongan artículos en oferta”.

Un producto que refleja la situación es la leche. “Hay más variaciones (en el precio)” y más marcas, por lo que se está haciendo más habitual “saltar” de una a otra. Sin embargo, Cabrero también resalta que los clientes “fieles” a un producto, aunque sea más caro, siguen con él, aunque pueda haber “menos consumo”, es decir, siguen comprando el mismo pero menos veces.