Huesca

PATRIMONIO

Ignacio Mustienes: “Recuperar y explotar estos bienes sería una estrategia para asentar población”

El director de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Aragón reivindica la acción profesional para asuntos clave como la despoblación

Ignacio Mustienes, director de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Aragón.
Ignacio Mustienes, director de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Aragón.
Pablo Segura

En la comunidad, la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Aragón, ubicada en Huesca, es la única institución dedicada a estudios de grado en esta materia. Su director, Ignacio Mustienes, asegura que el centro se encuentra en un momento muy interesante debido a proyectos significativos en los que trabajan, incorporando obra real desde el primer momento y trabajando con grupos reducidos. Pero tras 21 años en abierta, dice que aún no es muy conocida. 14 profesores y 32 estudiantes habitan casi a diario el edificio ubicado en donde estuvo el Convento de las Capuchinas

¿Cuál ha sido la evoluación de la Escuela desde su apertura?

—La Escuela nació en 2001, en Huesca. Desde entonces, la Escuela y la restauración hemos evolucionado mucho. Esto se ha visto reflejado en los planes de estudio que ahora integran más al alumnado en el mundo laboral y les prepara mejor en el campo académico o el de la investigación. Ahora dedican un semestre a las prácticas externas y al trabajo final de grado donde se elaboran estudios muy interesantes sobre problemas inéditos en la disciplina.

¿Qué lugar ocupa Huesca y Aragón como lugar de aprendizaje y de perspectivas laborales en este ámbito?

—Aragón y Huesca es una tierra con una gran riqueza patrimonial, pero con no demasiados recursos destinados a su atención. Tampoco hay estructuras potentes de cara a la conservación de algo que tiene mucho volumen cuantitativo y cualitativo en la comunidad y la Escuela quiere tener parte activa en esa conservación de un recurso en el que Aragón sí es muy rica.

¿Cómo se articula la idea de que la conservación del patrimonio puede incidir en el asentamiento de población en el territorio?

Gran parte de ese patrimonio está en zonas rurales con muy pocos habitantes, con el peligro que esto supone para su supervivencia. Pienso que la inversión en la recuperación y posterior explotación cultural de todos esos bienes sería una estrategia nuclear para el asentamiento de esa población. Cualquier monumento que se arruine es muy difícil de recuperar. A veces actuamos in extremis. Si se decidiera dedicar más recursos a larestauración y conservación de nuestro patrimonio... Esto es una estrategia polítcia, de aprovechar estos bienes que ya están construidos. Es mucha menos la inversión de restaurar una iglesia que la de generar nuevas infraestructuras para asentar población.

¿Qué proyectos son los más reseñables de los que ha abordado la Escuela?

—Desde hace algunos años estamos afrontando proyectos relevantes, como la Cartuja de Las Fuentes junto a la Diputación Provincial de Huesca, o la participación en el protocolo de retorno de las pinturas de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena, junto a la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón. Del mismo modo, con Suelo y Vivienda de Aragón, en uno de los que más ilusión nos hizo: la restauración del vestíbulo de la Estación de Canfranc, un monumento que con un gran trabajo de investigación y trabajo colaborativo conseguimos retornar a su estado actual. Llega otro tipo de obra. Cuando es particular o especialmente significativa también se acepta. Cuando hablamos de obra mural no podemos traerla aquí. Ahi es la escuela la que se desplaza.

Alumnas de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Aragón, trabajando sobre una obra pictórica.
Alumnas de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Aragón, trabajando sobre una obra pictórica.
S. E.

¿Qué metodología de enseñanza y aprendizaje aplican?

Trabajamos por proyectos. Cuando llega una obra toda la escuela se pone a trabajar y se adaptan las asignaturas a esa obra que es lo interesante y como se aprende más. Así es como hemos funcionado desde el principio. Es nuestra filosofía.

¿Qué dificultades, si las hubiera, afronta este centro educativo?

—A pesar de todos estos proyectos tan interesantes nos encontramos con que la Escuela y los estudios de Grado en Conservación-Restauración de Bienes Culturales que se ofertan en ella, no son todavía muy conocidos en Aragón al estar en un sistema público, que aunque del mismo nivel académico, es paralelo al universitario. De ahí que no sean perfectamente percibidas por la sociedad. Hay 32 estudiantes en la Escuela. El sistema aboca al alumnado a la Evau y a la Universidad y todo lo demás es algo outsider, y esto son unas enseñanzas públicas de grado, como Medicina, Derecho o cualquier otra titulación.

¿Le quiero preguntar por el Seminario?

— Yo no estoy en una posición recalcitrante en cuanto a esta conservación. Cuando digo recalcitrante es que parto de la base de que es imposible mantener todos los bienes culturales que tenemos y que se puede decir hasta por selección natural, alguno no pervivirán. ¿Es relevante el Seminario? Pues hay partes que sí y hay partes que son de una arquitectura muy funcional, muy sumaria y que si habrá que documentar qué espacio había, imágenes de zonas significativas y el resto habrá que asumir que en una balnzarespecto al futuro de una ciudad o la preservación, qué es más importante.

¿A qué futuro se ve abocada la Escuela en un contexto de pocos alumnos y recursos condicionados?

—Somos,, y soy optimista. Si el valor monetario de nuestro patrimonio cultural pudiéramos motenizarlo y dividirlo entre la población seríamos ricos. Eso de algún modo tiene que aflorar. Si conseguimos dinamizar ese recurso que ya está ahí. Queremos colaborar en ser motores de desarrollo de un sector económico vinculado al patrimoio cultural. l