Se abre el telón, y a través de un juego de luces y sombras, se deja entrever uno de los pasajes bíblicos más conocidos de la historia: el bautismo de Juan en el río Jordán.

Es una de las primeras escenas de La Pasión, la representación que desde hace más de sesenta años marca un hito cultural en la ciudad durante estas fechas, y que el 25 de marzo vuelve a acoger el Teatro Salesiano de Huesca - sábado y domingo- hasta el 9 de abril.

La preparación comenzó en septiembre, aunque no fue hasta principios de este año cuando la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos- ente organizador- congregó al “gran grupo” para llevar a cabo el primer ensayo. 

Por primera vez en tres años, La Pasión vuelve a representarse en su totalidad, con tres horas y media de duración y tres descansos. La pandemia exigió un parón debido a las restricciones sanitarias, y el año pasado regresó en versión reducida. 

En total, un equipo integrado por más de 200 personas- entre actores y actrices, técnicos, maquilladores, roperos, tramoyistas, además de padres y madres voluntarios- volverán a resucitar la historia de La Pasión de Cristo.

Entre las novedades de esta edición, nuevos actores y actrices- al menos 50 menores, personajes y recursos lumínicos. El verdadero mérito está- señala María Cabrera, quien interpreta el papel de la Virgen- en el despliegue de medios materiales y el numeroso elenco que determinan la calidad escénica que año tras año demuestra La Pasión.

Por otro lado, cada representación “es diferente”, según qué actores intervengan “por el juego que se genera”. En su caso, en sus cerca de 20 años en el papel de Virgen María, asegura que “vas conociendo más su figura y reflexionas sobre cuál sería la actitud que tendría ante la muerte de su hijo y que “la María que interpreto ahora es más pausada y tranquila”. Fuera de la provincia, ya han adquirido la entrada. Tras el último ensayo de ayer, el Teatro Salesiano vuelve a abrir sus puertas para acoger La Pasión.