VIVIENDA
Casi un año para recuperar un piso ocupado por los inquilinos
Un propietario relata el largo periplo para volver a disponer de su propiedad

Al hablar de ocupaciones, lo primero que viene a la cabeza es alguien que entra en casa de otro y se pone a vivir. Pero desde hace ya varios años, el caso más habitual es el relacionado con el alquiler, como constatan las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial. Así lo afirma también el portavoz de Osca XXI, Javier Moreno, quien declara que en la Federación de Barrios no es extraño recibir llamadas de vecinos “desesperados” que han alquilado un piso y que, bien sea al fin del contrato o porque el inquilino deja de pagar, se encuentran con el problema.
Y uno de esos ejemplos es el mismo portavoz de Osca XXI, quien ha tenido que esperar casi un año para recuperar un piso familiar en el Perpetuo Socorro. No acabaron allí los problemas. Al abrir la puerta, la “guinda” del pastel: “Hay basura y suciedad por todos los sitios; comida podrida en el congelador”, baldosas rotas tiradas en una habitación, un sillón para tirar y ni luz ni gas porque “lo cortaron hace tiempo. El buzón está lleno de cartas y recibos impagados”.
Inicia el relato centrándose en el grave problema de vivienda que hay en todos los sentidos: Unos partidos dicen que todos tenemos derecho a una vivienda, y lo tenemos, y otros tratan de defender a los propietarios “sin distinguir a bancos y grandes propietarios de pequeños”, que muchas veces logran con el alquiler “llegar a fin de mes, ayudar a sus hijos o pagar los estudios”.
Sin embargo, su sensación es que son precisamente estos pequeños propietarios los más desatendidos por las instituciones. Y eso que acaban “haciendo de escudo social” ante la falta de respuesta de las Administraciones mientras ellos son los que se quedan sin vivienda, sin la renta de alquiler; con gastos judiciales y, en algunos casos, también con un desembolso para arreglar el piso si el inquilino-ocupa ha sido especialmente incívico.
“No parece que la Administración tenga mucho interés en resolver los problemas de vivienda y no pasaría nada si fuera yo el único, pero hay bastantes más casos”, lamenta Moreno.
Su familia pudo recuperar la vivienda hace pocos días, cuando antes de la segunda vista, estos “ocupas” -que “ni siquiera vivían en este piso”- devolvieron las llaves. El juicio era el segundo porque el primero, en marzo, se suspendió debido a la huelga de los secretarios judiciales.
Moreno reclama que los partidos atiendan todos los problemas de vivienda: el difícil acceso, los “sinvergüenzas que se aprovechan de leyes para quienes sí la necesitan” o los problemas, sobre todo de pequeños propietarios, en casos así.