ASOCIACIÓN ESPAÑOLA CONTRA EL CÁNCER
El sector sanitario pide más recursos para realizar cuidados paliativos
El psiquiatra Javier Olivera y el médico Javier Moraleda han dialogado sobre el final de la vida en un acto organizado por la AECC en Huesca

Huesca precisa de más recursos para realizar cuidados paliativos. La provincia apenas cuenta con dos equipos de soporte: uno en el sector de Barbastro y otro en la capital altoaragonesa. Desde el sector sanitario estiman que el 35 % de los pacientes fallecieron sin tener acceso a ellos.
Es uno de los mensajes difundidos ayer durante la ponencia ‘Diálogos entorno al final de la vida’, organizado por la Asociación Española Contra el Cáncer en Huesca, a cargo del psiquiatra Javier Olivera y el médico de cuidados paliativos del equipo de soporte de atención domiciliaria (Esad) de Huesca Javier Moraleda, en el teatro Olimpia. Un encuentro abierto al público dispuesto a derribar el “tabú” que persiste en la sociedad entorno a la última fase de la vida y la preparación psicológica previa “tan necesaria” para pacientes.

A través de un diálogo espontáneo los ponentes abordaron el tema “con naturalidad” desde una visión doble: los cuidados paliativos y los aspectos relativos a la moral, la psiquiatría y la afectividad de lo que supone “enfrentarse al mayor temor existencial, el no estar aquí al final de la vida”, define Olivera. El proceso del paciente varía en función de los rasgos de la personalidad, apunta el psiquiatra. “Son épocas de autoanálisis, de hacer balance de la vida y donde a menudo aparecen la culpa y el remordimiento, que hacen que se afronte peor. Es una etapa donde hay que pensar que no existe el futuro, sino el pasado que uno rememora. Dejan de existir las posibilidades que antes nos servían de motor. Es dejar de hacer y saber que todo termina”, explica. Un proceso que desde psicología, psiquiatría y oncología trabajan “mano a mano” para atender al paciente durante la fase final.
Los cuidados paliativos desde un punto de vista integral, recordó Moraleda, no sólo hacen referencia al alivio de los síntomas físicos, sino también psicológicos. Una atención que en la provincia vive una situación “precaria” y “desigual” con respecto al resto de Aragón. Moraleda señaló que mientras que en Zaragoza y Teruel cuentan con equipos domiciliarios en horario de mañana y tarde, Huesca cuenta tan sólo con el de tardes e indicó que sería necesario al menos un equipo completo más y otro intrahospitalario especializado. Asimismo apuntó que España, en comparación con el resto de países de la Unión Europea, “no está bien posicionada”, ocupando el undécimo lugar. “No pretendemos curar enfermedades, sino cuidar y acompañar a las personas”, recalcó el médico.
Una atención integral es “un primer paso imprescindible” que atiende al control de síntomas físicos y a la esfera psicoemocional, psicosocial y espiritual, entendiendo esta última como “la más central” de la persona. “Se trata de ofrecerles plenitud y significado para que puedan cerrar la vida. Es darle las herramientas de la aceptación y del duelo”, explica.
La ponencia abordó otros aspectos como la Ley de Eutanasia, una normativa en la que “no existe confrontación entre cuidados paliativos y eutanasia”, valora Moraleda, quien pone el foco en que “no hay una ley general de cuidados paliativos, y cada mañana vemos mucho sufrimiento que sería evitable con más recursos”.
Olivera por su parte recalcó que cada vez se vive con más angustia la muerte porque ahora “se está más apegado a la vida” y apunta que los casos -excepcionales- que se dan de eutanasia deben ser “libres y voluntarios” del propio paciente. “Nadie puede elegirlo, es un derecho de cada ciudadano. Es importante saber que nadie puede elegir esta prestación por otro”, afirmó