Huesca

PATRIMONIO

La restauración de las pinturas de La Confianza desvela palabras ocultas

Las tareas de conservación finalizaron hace dos semanas y dejaron al descubierto una letra

Dos de los tres óleos sobre lienzos restaurados en el techo de Ultramarinos La Confianza y entre medias la letra al descubierto.
Dos de los tres óleos sobre lienzos restaurados en el techo de Ultramarinos La Confianza y entre medias la letra al descubierto.
Laura Ayerbe

Las palabras entrañan realidades y como tal son capaces de tejer historias y convertirse en testigo del devenir del tiempo. Ejemplo de ello es la letra hallada en el techo de La Confianza, el ultramarinos conservado más antiguo de Europa que, tras las obras de restauración de pintura finalizadas hace dos semanas, han dejado al descubierto la vocal final de una palabra. 

La primera fase de los trabajos de conservación comenzó a principios de septiembre, impulsados por el propio establecimiento y la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, y comprendió la intervención de tres óleos sobre lienzo adheridos al techo y el decorado mural para realizar los ensayos. Ahora, el establecimiento busca nuevas fórmulas de financiación para continuar con la restauración de los 60 metros cuadrados que conforman la superficie y actuar, en concreto, sobre el decorado mural.

Tras la finalización de los trabajos, “los clientes observan la letra y juegan a adivinar la palabra. He oído de todo: sandía, farmacía, bisutería... tengo intriga hasta yo”, dice entre risas Víctor Villacampa, responsable del establecimiento junto a Maria Jesús Sanvicente, quien anuncia que estudia lanzar una “porra” entre clientes para navidades.

Fue la intervención en el decorado mural lo que desencadenó el hallazgo. “Se hicieron pruebas de limpieza para comprobar si se correspondían las características con la de los tres lienzos”, explica la restauradora Paloma Pérez, de la empresa almudevana Antique. Se realizaron ensayos para determinar los disolventes hasta dar “con un medio acuoso” con el que se han ido eliminando las deposiciones de insectos además de reforzar el perímetro en las zonas menos consolidadas. Tanto en los tres lienzos como en sus marcos se ha procedido a eliminar la suciedad y a aplicar una “pequeña capa” de barniz en espray como protección. La restauradora señala que la policromía era “muy estable, no había grandes pérdidas” y que los marcos se encontraban estables.

Pérez reconoce que tiene “muchas ganas” de que se pueda continuar con las tareas de conservación porque “tiene mucho potencial, sería precioso” y valora que la técnica del autor oscense de la obra León Abadías y Santolaria, “es impresionante en la aplicación del color y en el dibujo”.

Fernando Alvira, vicepresidente primero de la Real Academia, indica que “alguien bastante entendido -porque los colores son muy similares-, decidió un día “pegar un brochazo” a los óvalos cuando el establecimiento tendía a especializarse en el producto alimenticio. Asimismo añade que cree que según de la luz del sol, especialmente “si entre en diagonal” algo se puede vislumbrar.

Los tres lienzos- dos bodegones y una alegoría al dios Mercurio- que vigilan desde arriba La Confianza lucen ahora “más vivos, con más luz”, valora Villacampa, y el marco, “que de marrón ha pasado a dorado”.

Los bodegones de los extremos, cuenta el responsable, reflejan en su pintura los productos que primitivamente se vendían en el establecimiento. “Se ofrecía de todo, era un poco bazar. Desde licores, agua de colonia, cuchillos, libros, instrumentos musicales, decoración en general, santos. champán... como en las tiendas del oeste”. Un hecho que también queda evidenciado en las pinturas que acompañan a los óvalos, entre ellos “peines y tijeras”.

La alegoría situada entre los dos bodegones representa al dios Mercurio, “el dios del comercio”. “Tiene como contexto la revolución del siglo XIX, con la representación de los medios de transporte que revolucionaron el comercio. Primero fue la locomotora en la Península Ibérica, el primer tren entre Barcelona y Mataró y los barcos de vela que traían las especias y las mercancías de otros lugares más allá del mar”. Los óvalos, por su parte, están rodeados de un báculo con serpientes alrededor que se reparten por toda la geometría del techo.

Dar el paso de restaurar los tres lienzos por primera vez tras 152 años, “no fue fácil”, reconoce Villacampa, quien confiesa que existía “cierto miedo” pero alentado por su familia y Fernando Alvira, valora que “ha sido un acierto”. Ahora, esperan nuevas fórmulas para acometer las obras al completo en el resto del techo, unas tareas que, calcula, podrían oscilar entre los 30.000 y 40.000 euros.