ecos, ¿Quién soy?
Paz Carrero Sesé, una oscense con raíces andaluzas
La presidenta de la Casa Regional de Andalucía combina esta actividad con las múltiples tareas, entre ellas la maternidad, que desempeña cada día

La presidenta de la Casa Regional de Andalucía en Huesca, Paz Carrero Sesé, tiene sangre andaluza, por supuesto, pero también oscense. Su madre es de Huesca y su padre de Jaén, aunque ella y su hermano se han criado en la capital altoaragonesa.
Paz Carrero estudió Económicas en Zaragoza y, poco después, empezó a trabajar en banca, lo que le llevó a recorrer parte de la geografía aragonesa.
Estuvo en oficinas bancarias de varios pueblos de Zaragoza y también de la provincia de Huesca, como Graus o Benasque, entre otros.
Finalmente, decidió regresar a la capital oscense porque “como en casa no se está en ningún sitio”, subraya.
Con su vuelta, además de trabajar y crear una bonita familia, Paz Carrero ha asumido la presidencia de la Casa de Andalucía, una labor que desempaña con ilusión y un reto por delante, rejuvenecer la organización.
“El ochenta por ciento de nuestros socios son mayores”, señala, al tiempo que recuerda que es una institución que se fundó hace más de treinta años que “necesita relevo generacional”.
Por ello, se ha marcado como objetivo atraer a más gente joven a una casa que es abierta y dinámica, con actividades para todas las edades, afirma.
De hecho, en los últimos tiempos están promoviendo actividades para un público más familiar.
La idea es que conozcan una propuesta diferente en la ciudad porque “hay muchos andaluces en Huesca y algunos de ellos, sobre todo los más jóvenes, no saben ni que existimos”, comenta.
Dirigir la Casa de Andalucía es solo uno de los muchos quehaceres de esta oscense comprometida con sus raíces.
Por las mañanas, trabaja en Walqa en el área de administración y por las mañanas saca tiempo para su asesoría fiscal y contable que tiene como autónoma, además, es madre de dos pequeños a los que trata de inculcar su amor por la tierra, la aragonesa y la andaluza.
La conciliación “es muy difícil”, reconoce, pero hace lo posible porque sus hijos tengan una infancia tan feliz como fue la de ella en Huesca.
De cuando era niña, recuerda “jugar mucho en la calle”, con su hermano y con sus primos porque su familia materna vive en Huesca.
Eran juegos muy distintos a los que tienen ahora los niños y niñas. “Hay un cambio generacional importante en ese sentido. Nosotros en aquella época jugábamos con piedras, no teníamos ni móviles ni tantas pantallas, nos entreteníamos jugando en la calle, intercambiando cromos o con las canicas”, recuerda.
En cambio ahora “hasta mi hijo que solo tiene tres años me pide la tablet”, comenta.
También por eso, para ofrecer a los niños una alternativa a tanta pantalla, desde la Casa de Andalucía quieren programar más actividades para disfrutar en familia. Recuerda, por ejemplo, que el año pasado se trajo a Papá Noel y para estas Navidades también tienen pensado organizar más actos que harán las delicias de grandes y pequeños.