atención sanitaria
Esperas de semanas para tener una consulta con el médico de cabecera
Las demoras en los centros llegan a superar los 20 días por la falta de facultativos

Pedir una cita con el médico de familia y que no haya huecos hasta dentro de dos o tres semanas es el pan de cada día para casi cualquier paciente que quiere una consulta con su médico. Más que superada la pandemia de coronavirus, y prácticamente olvidada por la población en general, el sistema sanitario sigue topándose con otra dura realidad: la falta de médicos, causa principal de estas demoras que llevan a prestar “una peor calidad asistencial”, según José María Borrel, presidente del Colegio de Médicos.
Las organizaciones médicas, entre ellas el Colegio altoaragonés, llevaban muchos años advirtiendo de la falta de facultativos y advertían que el problema se iba a agravar con la oleada de jubilaciones previstas para estos años. Sus avisos y propuestas fueron cayendo en saco roto gobierno tras gobierno y así hemos llegado a este punto, en el que “las jubilaciones o no se cubren o no se pueden cubrir porque faltan profesionales”. Y cuando se consigue dar con un médico para esa vacante se llega a que “ya hay cantidad de plazas cubiertas por médicos sin la especialidad de Medicina de Familia y hay otras que ni se cubren”.
Hasta hace unos años, este problema se circunscribía al medio rural, en especial a los pueblos más pequeños, pero el envejecimiento de la plantilla y la falta de relevo ha hecho que ya se note en las cabeceras de zonas de salud consideradas rurales (donde entran algunas de las localidades más grandes de la provincia) e incluso en las ciudades más pobladas. Valga señalar que Urgencias del Centro de Salud Pirineos (Huesca ciudad) lleva desde verano con un médico menos de manera permanente.
Un 28 por ciento de los médicos se jubila en breve
Y la situación no tiene visos de mejorar. De los 1.122 médicos colegiados en la provincia en 2022 (datos del INE, Instituto Nacional de Estadística), 316 están a menos de 10 años para jubilarse. Estos 316 médicos con entre 55 y 64 años en 2022 (ahora, un año más de edad) suponen que más de uno de cada cuatro médicos llegará a la edad de jubilación en un horizonte más que temprano, el 28,2 por ciento concretamente.
En el otro extremo de esta “pirámide de población” de los médicos, solo 133 tiene menos de 35 años (el 11,9 por ciento) y otros 147 tienen entre 35 y 44 años (un 13,1 por ciento).
Y esta falta de médicos más las necesidades sanitarias de una población cada vez más envejecida llevan al exceso de trabajo, ya casi crónico. “La espera con sobrecarga se hace muy dura y no solo en los centros rurales pequeños, sino también en los grandes y en la misma capital, que tiene cupos (de pacientes) más grandes que asumen el resto de compañeros”, explica Borrel, quien asevera que “por más que se paguen (este trabajo adicional), llega un momento en el que se nota el agotamiento”.
El presidente del Colegio de Médicos pone el acento en la pérdida de la calidad asistencial y en sus repercusiones, no solo médicas: “El paciente no está contento con que cada vez le vea un médico distinto y con los retrasos muy largos, y de allí viene que alguno grite o insulte” a las administrativas o a los sanitarios.
Borrel señala otras cuatro causas de estas largas esperas: no se penaliza al que pide cita y luego no va; muchos pacientes, desesperados por unas esperas aún mayores para especialistas hospitalarios y operaciones, acaban acudiendo a Primaria para revisiones de hospital; el mal uso de las consultas no presenciales, en bastantes ocasiones para aspectos para los que “nunca” se hubiera pedido cita presencial, y “una burocracia que se ha disparado” y resta el tiempo de medicina efectiva del facultativo.