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El IES Ramón y Cajal reclama fondos para mantener su patrimonio
Conserva con gran esfuerzo y pocos medios la herencia de la Universidad Sertoriana. El instituto reclama ayuda económica y más personal

El IES Ramón y Cajal de Huesca reclama a las administraciones apoyos para poner en valor, archivar, proteger, divulgar y conservar la herencia de la Universidad Sertoriana que atesoran sus paredes, un magnífico pasado cultural compuesto por cuadros, libros, mobiliario y los fondos del antiguo Museo de Ciencias Naturales.
La directora del IES Ramón y Cajal de Huesca, María Costa, explica que el centro, con medios muy limitados pero con el trabajo y el entusiasmo de profesores y del equipo directivo, ha iniciado el camino de dignificar sus fondos museísticos.
Destaca que el Departamento de Geografía e Historia y el de Ciencias Naturales están “muy implicados” para rescatar y conservar” este legado, una labor que se hace de forma voluntaria y con horas de su propio horario, lo que acaba “repercutiendo” en el alumnado.
Por ello, aunque el equipo del centro hace esta labor con ilusión pide a la administración “esa ayudita” que mejore esta situación. María Costa recuerda con orgullo que este centro oscense centenario recibió el año pasado la Placa de Honor, en la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, que otorga el Ministerio de Educación y Formación Profesional. Se trata de una condecoración que reconoce la contribución de personas o entidades tanto españolas como extranjeras a los campos de la educación, la ciencia, la cultura, la docencia y la investigación.
Precisamente, el IES Ramón y Cajal acogerá en 2024 el Congreso Nacional de Institutos Históricos, unas jornadas de divulgación en la que se mostrará todo lo que se hace en los centros históricos y que tendrán lugar del 28 de junio al 1 de julio y que esperan reunir a más de cien participantes.

“Es un honor haber sido distinguidos, el problema es que esto no conlleva ningún presupuesto económico ni tampoco horas de docencia de un profesor o profesora que pueda investigar o catalogar los fondos que tenemos”, explica. Comenta en este sentido que , “el problema que tienen los institutos históricos es la petición que siempre hacemos a la administración. En algunas comunidades han legislado y conceden horas de apoyo o incluso alguna partida para conservar o ayudar a investigar”.
En el centro, dice como ejemplo, hay “muchos documentos en cajas, animales disecados o unos mapas muy antiguos que no podemos exponer porque no hay presupuesto”.
Pero el instituto “está en ello” para poner en valor, archivar, proteger, divulgar y conservar sus fondos. “Todo lo que se hace es con grupos de trabajo que hacen los diferentes departamentos didácticos. Para ello emplean horas de su horario lectivo con alumnos o de las complementarias para trabajar un poquito con el patrimonio que tenemos”.
Su Museo de Ciencias Naturales está integrado dentro de la red de Museos de España, “pero tampoco tenemos la disponibilidad de tener a alguien siempre ahí, de forma permanente, para enseñarlo, aunque sí que se hacen visitas guiadas concertadas”, explica. Cualquier ayuda que venga desde las administraciones servirá para “poder avanzar y para mantener lo que tenemos, al menos. En Aragón no hay aún una legislación que explique claramente lo que puede hacer el instituto y a quién le puede pedir ayuda”, dice.
La Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón, ubicada en Huesca, “de vez en cuando se lleva una obra”.
“Han restaurado una campana que tenemos muy antigua, obra pictórica, pero es algo voluntario. Gracias a la buena voluntad de su dirección y profesorado. Pero lo que queremos son partidas económicas y horas para dedicarnos a ello, porque tenemos unas obras valiosísimas que no podemos mantener con el presupuesto que tenemos del centro, el que se nos asigna a principios de curso”, explica.
Un gran legado
Los fondos del IES Ramón y Cajal se componen de una parte proveniente de la Universidad Sertoriana (hasta 1845) y otra de los bienes pedagógicos que se fueron añadiendo cuando aquella fue convertida en Instituto Provincial (desde 1845), uno de los que se han dado en llamar institutos históricos.
Con motivo de la mudanza del Instituto a la sede actual en el curso 1951-1952, la dirección trasladó desde el antiguo Palacio de los Reyes de Aragón (hoy Museo de Huesca) libros, cuadros, mobiliario y cuantos objetos procedentes de la Universidad de Huesca consideró oportuno, puesto que era el heredero de todos los bienes de la antigua academia. El resto fue distribuido entre los dos inmuebles de su propiedad, la antigua Universidad y el colegio de Santiago.
Fundado en 1845
Su exalumno más ilustre, Ramón y Cajal, da nombre a este centro educativo fundado en 1845 al entrar en vigor el Plan General de Estudios, durante el reinado de Isabel II. En octubre de 1934, con motivo del fallecimiento del que fuera uno de sus más reconocidos ex alumnos, el histólogo y Premio Nobel de Medicina en 1906, Santiago Ramón y Cajal, el Claustro de profesores, reunido en sesión extraordinaria, decidió adoptar su nombre en su memoria y reconocimiento.
Por sus aulas también han pasado otros grandes como Joaquín Costa, Basilio Paraíso, Ramón Acín, Rafael Salillas, Encarnación Fuyola, Alberto y Ramón Gil Novales, Julio Palacios y Alberto Galindo, entre otros muchos más.
La creación del Instituto supuso la supresión de la antigua Universidad de Huesca, llamada ‘Sertoriana’, en virtud del Real Decreto de 17 de septiembre de 1845. Desde entonces hasta bien entrados los años 60 del siglo XX, a excepción del breve lapso de la II República, el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Huesca, hoy Ramón y Cajal, fue el único establecimiento público en la provincia autorizado a dispensar el título de bachillerato. Actualmente, este instituto histórico es historia viva de Huesca y por ello reclama apoyos para mantener un gran legado. l