Opinión
Por
  • JOSÉ SA

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos: yo no os voy a pedir nada para mí, os lo voy a pedir para los pueblos de Ena y Centenero. Que nos arregléis pronto la carretera de acceso a estos dos municipios.

Hace tiempo que se nos dice que se va a arreglar, pero pasa el tiempo y sigue todo igual. A los políticos se les llena la boca con la palabra "despoblación", ya nos contareis cómo no va a haber despoblación si no te arreglan la carretera, la telefonía móvil de baja cobertura y la línea eléctrica con solo una pequeña tormenta ya se nos va, y que os voy a contar de la carretera A- 1205, sigue sin acabarse.

Lo que más duele de todo esto es que el gobierno esté siempre pendiente de los separatistas catalanes que a su manera van sacando rédito económico en sus protestas y los que estamos callados no conseguimos nada.

Y siguiendo con la carta a los Reyes Magos pido al rey Melchor que nos arreglen la carretera de nuestros pueblos. Al rey Gaspar que arreglen la carretera A-1205, la telefonía móvil y la linea de luz. Al rey Baltasar que traiga carbón a los políticos que se despreocupan de estos pueblos y otros similares.

Que sepáis que los impuestos nuestros son iguales que los de las capitales, pero no obtenemos los mismos beneficios. Espero que esta carta llegue a los Reyes Magos, la lleven a quien corresponda y se produzca la magia que todos queremos.

Vicente Zamora Ena Solamente de paso Estamos de paso solamente. En dos días han fallecido dos personas del comercio, uno, Julio Gil Benito con 90 años que regentó el comercio de "La Riojana" en la calle Ramiro el Monje, hombre bondadoso y mesurado. Por otro lado, José Luis Rodrigo López con 84 años, en el Coso Bajo, (comercio Rodrigo). Estas dos personas han sido muy queridas en Huesca. José Luis, después de estar jubilado, ha sido buen colaborador cuando alguien ha necesitado de su ayuda. Un ejemplo, a Cáritas ha cedido su establecimiento gratuitamente en más de una ocasión. Hablar con él era muy agradable y es que alguien que ha tenido un comercio como el, sabía que la amabilidad y el bien hacer es amor y valor. La impronta es, el que tiene un establecimiento tiene que saber sonreír y los Rodrigo sabían sonreír. Me alegró mucho que en el Teatro Olimpia se hiciera mención de su fallecimiento. Qué sorpresa nos producen estos momentos, porque nunca sabemos donde, cómo y cuándo. Lo primero que nos pasa por la cabeza es la sorpresa, siempre nos quedamos como vacíos y el comentario que hacemos es, ¡pues si hace cuatro días nos vimos por la calle!, pues si han fallecido. Uno no sabe como consolar a la familia, dar el pésame es doloroso, es duro, yo prefiero sincerarme cuando no estamos con esa conglomeración propia del suceso.