Opinión
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  • Diario del Altoaragón

El legado, la verdad y el rigor

R OBERT Habeck, colíder de los verdes alemanes, se ha envuelto en una espiral de polémica esta semana al anunciar que abandona las redes sociales porque limitan la reflexión, porque modelan el mensaje y al mensajero y porque a él le hacen más agresivo, estridente, polémico y afilado, a una velocidad que dificulta un espacio para el ejercicio intelectual de argumentar antes de concluir. Obviamente, las reacciones desde distintos ángulos confirman que, efectivamente, Habeck estaba en lo cierto. En la gala de los Altoaragoneses del Año, el recuerdo de Antonio Torres llevó a Javier Lambán a demandar más grandeza en la política para saber identificar dónde están los rivales de la Constitución y de la democracia, cuáles son los puntos concluyentes de los partidos que debieran tener marcado sentido de Estado al haber gobernado y cómo debe ser el camino hacia el entendimiento en lo esencial para el ciudadano sin que signifique que se limite el terreno a la discrepancia expresada con rigor.

Ayer, el ministro de Cultura, José Guirao, visitó en Zaragoza la exposición "Panteones reales" junto al presidente aragonés, en vísperas de que hoy los cuatro grandes periódicos aragoneses repartamos el calendario histórico con el que Lambán ha felicitado las recientes fiestas. No es cuestión baladí la muestra de esas 144 piezas que explican no ya la realidad pretérita que ha conducido hasta el Aragón actual, sino la que ha auspiciado la construcción de un proyecto permanente como es el de España, que demanda lealtad y compromiso. Y estas dos exigencias sólo son posibles con la coherencia, la meticulosidad, la verdad y la renuncia expresa a la manipulación con objetivos espurios. De ahí, brota la luz.