Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Respeto y buen trato a los animales

El centro de recogida de animales de la Diputación Provincial de Huesca ha alcanzado las 350 adopciones, por encima de las estadísticas de los años precedentes. No es una cuestión en absoluto superficial. Sentenciaba Mahatma Ghandi que un país o una civilización pueden ser juzgados por la forma en la que trata a todos los seres animados, y de hecho la evolución de los últimos lustros apunta hacia una concienciación creciente que combate algunas de las aberrantes prácticas que conocemos a través de los medios informativos. A la labor de la corporación, se suma la de otros agentes y asociaciones como Somos su Voz, cuya tarea en Huesca es excepcional, meritoria, abnegada y, desgraciadamente, con menos respaldos de los que necesitarían.

La figura de la adopción de una mascota conlleva responsabilidad y compromiso. Incluso supera con creces la de propiedad, que constatamos que se desvanece cuando llega el verano y pasa de ser la alegría de las casas a un estorbo para las vacaciones. Tener un animal en casa es contar con un miembro más de la familia, porque ellos tienen sus derechos que incluso están reflejados en un documento de Unesco absolutamente concluyente, que demanda respeto, buen trato y protección frente a cualquier tipo de violencia. En nuestro entorno o en nuestros hogares, tenemos la oportunidad de convivir con ellos con la certeza de que nos convierten en mejores personas y nos enseñan los vínculos del afecto y de la convivencia. Adoptar no es un juego, sino una ocasión estupenda para hacer crecer nuestra personalidad y nuestra integridad como individuos y como familias. La sociedad tiene un deber, porque, de lo contrario, estará retratando su propia dimensión ética.