Opinión
Por
  • EDUARDO MARCO VALLE

¿Quién defiende la Enseñanza Pública?

Sabido es que, merced a la figura de un Concordato que no existe en el resto de Europa, la enseñanza privada confesional ha alcanzado un alto grado de penetración, fundamentalmente en las zonas urbanas y generalmente en los barrios con un mayor nivel de vida, con honrosas excepciones. Pese a ello, la enseñanza pública "de todos/as y para todos/as" ha conseguido ofertar una enseñanza de calidad llegando a los últimos rincones de nuestro país, a las aldeas más remotas y a los barrios más deprimidos. Y lo ha hecho mediante una metodología activa, dando participación a la comunidad educativa, respetando y apoyando la diversidad, evitando la discriminación y segregación por razón de sexo o de etnia, formando en valores democráticos y de ciudadanía… Esta "coexistencia" entre los dos modelos fue cuestionada inicialmente con el entusiasta apoyo de Esperanza Aguirre y sus sucesores en la Comunidad de Madrid y en el resto de comunidades del PP (zona única de escolarización, solares gratuitos para centros religiosos en barrios de nueva creación en detrimento de los centros públicos, recortes y más recortes en la enseñanza pública…). Posteriormente, aprovechando la última crisis económica global, mediante la tan denostada y controvertida Ley Wert que consiguió el dudoso honor de concitar el mayor rechazo social de cualquier ley educativa y que llenó las calles de la conocida "marea verde" en defensa de la enseñanza pública.

¿Quién formaba esa "marea verde"? Desde luego, no eran "grupos marxistas" ni de ninguna otra orientación, porque lo más evidente, lo que más define a esta "marea", es su diversidad, su transversalidad, su heterogeneidad, ya que su composición era la de la sociedad española. Allí estaban personas de todas las sensibilidades políticas (incluso votantes del PP que no querían que se cerrase un aula o que disminuyeran las becas), allí estaban todas las profesiones (agricultores, médicas, funcionarias, parados, estudiantes de FP y de la universidad...), allí estaban gentes del llano y de la montaña, madres de un Colegio Rural Agrupado, profesores itinerantes, familias inmigrantes y madres-padres de un bachillerato internacional o de un programa "British-Council"... En realidad, lo único que los identificaba como un grupo era... ¡la camiseta verde! También había muchas personas pertenecientes a la Sanidad Pública y a los Servicios Sociales que del mismo modo estaban con la espada de Damocles de la privatización, santo y seña de la ideología liberal. Porque, oh sorpresa, en un momento de crisis económica que afectó de forma notable al "ladrillo", muchas empresas que hacían obra pública para los gobiernos de las mencionadas comunidades, entonces descubrieron que en educación, sanidad y servicios sociales también había una oportunidad de negocio, negocio que se les facilitaba desde las respectivas consejerías... a costa de "adelgazar" todo lo posible a la pública, o de mantenerla allí donde no hay rentabilidad económica.

"Esas y esos" eran los defensores de la Enseñanza Pública. Y "esos y esas" somos quienes hemos de seguir haciéndolo una vez más porque la ola neoliberal está regresando.