Opinión
Por
  • PASCUAL ASCASO

La política del insulto no es política

Los políticos que nos han tocado en suerte aburren hasta el hastío al más pintado, un día y otro también, porque los únicos argumentos que les oímos decir son descalificaciones y exabruptos de grueso calibre, dirigidos siempre hacia sus oponentes ideológicos y sin que les oigamos ni un atisbo razonable de lo que piensan hacer para sacar a este país de la parálisis y el caos en la que lo han metido. Y digo en la que lo han metido, y digo bien, porque son ellos los únicos responsables de esta lamentable situación.

En estos momentos, haciendo frente común, han conseguido un bipartidismos en este aspecto. Por una parte esta la alianza del PSOE con los morados y sus afines, y por la otra la alianza el PP, C,s y VOX Unos contra otros se tiran los trastos a la cabeza buscando los descalificativos más hirientes y vejatorios, vociferándolos lo más fuerte que pueden como si de esa forma tuviesen más razón, cuando lo único que consiguen es perder la poca credibilidad que les pueda quedar y el menor prestigio que puedan tener. Nunca quien más grita o insulta tiene más razón, ni tampoco más poder de persuasión ni de credibilidad, sino muy al contrario lo que consiguen es perder la poca personalidad que les pueda quedar.

La metodología a seguir debe ser otra totalmente diferente a la que están llevando todos. Tendrán másteres, verdaderos o falsos, esa es otra, pero en todo caso les falta el más importante cual es el de la educación, humildad, servicio, respeto y credibilidad.

Por lo que demuestran, todos están cortados con el mismo patrón y por las mismas ansias de poder y de interés personal y partidista. Así que mientras no se cambie ese maléfico patrón no veremos vuelta buena ni avance positivo alguno. Las armas de convicción a utilizar deben ser otras y no las de querer matar moscas a cañonazos. Y mientras los catalanes con Torra a la cabeza, me supongo que frotándose las manos por aquello de que a río revuelto ganancia de pescadores.

La política del insulto y de la descalificación no es política.