Opinión
Por
  • PALOMA AZÓN RAMOS

Sector turístico

Desde 1978 el proceso de apertura económica y política iniciado por el país asiático más grande, como es el chino, ha venido sorprendiendo a propios y extraños.

La transición de una economía prácticamente autárquica y de un país aislado, a uno de los principales motores económicos de la economía mundial ha sido y es un proceso extremadamente complejo.

Pero tal proceso, lejos de verlo con tintes de angustia, miedo o temor, hay que verlo como un vuelco radical de su situación anterior y también como una recuperación del gran papel que le ha correspondido por su peso económico, historia y población.

De tal manera que en un horizonte a corto plazo, no se hace difícil imaginar el desarrollo paulatino de su despegue a todos los niveles, incluido el importante del sector turístico.

Y es que, aparte de que un proverbio chino reza "mejor viajar 10.000 leguas que leer 10.000 libros, no se inventa la pólvora proponiendo -entre otros objetivos- un arduo trabajo en la adaptación desde ya de nuestra oferta turística, a quien se convertirá indiscutiblemente en muy poco tiempo, en el principal mercado emisor de turistas del planeta.