Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Guaidó ya está maduro para liderar la transición

Valga el juego de palabras buscado para refrendar que, efectivamente, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, ha sido bendecido por Europa como el encargado de liderar la transición hacia una democracia real a través de unas elecciones que, evidentemente, no puede convocar con credibilidad ni rigor Nicolás Maduro. La excepción de Italia con su veto a la declaración institucional no puede ser considerada un obstáculo habida cuenta la "seriedad" del gobierno integrado por el Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte, que en sí mismo es la viva imagen de la incoherencia de la que no puede salir sino recesión y desprestigio. Pedro Sánchez saltó a la palestra justamente después de que lo hicieran Suecia y Francia, y tras el español se manifestaron casi todos los países de la Unión Europea, que, por cierto, haría bien en modificar las reglas de juego para que asuntos tan trascendentales puedan ser resueltos sin quedar al albur de extravagancias o de radicalismos que difuminan la esencia de un continente que precisamente fue reconocido con el Premio Nobel por su contribución a los modelos de Estados de Derecho. Una responsabilidad que demandaba su pronunciamiento sin tapujos en la horrible crisis venezolana.

Negar a través de Juan Guaidó la oportunidad de acabar con una podredumbre que arruina a los ciudadanos de Venezuela es una actitud abominable y ciega, que obvia cobardemente el salvaje éxodo de venezolanos, una inflación insoportable, un empobrecimiento indignante en un país riquísimo en recursos y una vulneración execrable de la convivencia -baño de sangre incorporado- y de las reglas del juego democráticas. No hay duda de que Maduro no puede tener papel en la solución y de que hay que dar voz al pueblo. Quien lo niegue, retrata sus miserias e inhumanidad.