Opinión
Por
  • PEPE SIDERAS

De la educación infantil

Una de las cosas buenas que tiene la situación de estar jubilado, es la de que puedes prestar más atención a las cosas que suceden en el entorno donde uno vive.

El otro día fui espectador de un hecho que me hizo pensar y que motiva este escrito. Fui al supermercado que hay cerca de mi casa para abastecerme de algunas cosas que me hacían falta y me encontré que en la frutería del establecimiento había un grupo de escolares, de entre tres y cinco años, acompañados de tres maestros que les enseñaban qué comprar y cómo.

Lo que motivó mi atención fue que el maestro que llevaba la voz cantante continuamente les hacía preguntas acerca de lo que había que comprar, a cada pregunta del maestro la respuesta de los escolares era el silencio, ya que a tan corta edad un niño no puede dar -o es muy difícil- respuestas correctas a preguntas sencillas.

Pues allí estaban los escolares con la angustia en el cuerpo y el sufrimiento mental que lleva acarreado ante las preguntas del maestro, que él mismo se encargaba de responder para quedar como un sabio ante un grupo de tontos.

Los niños necesitan claridad, sencillez y explicaciones ciertas y no manipuladas de las cosas del mundo. No les pidamos respuestas que no están preparados para darnos, y no les hagamos pasar por situaciones que les crean desasosiego y malestar que en nada contribuyen a un correcto desarrollo mental.

Si estas son las modernas técnicas de enseñanza, ¡que Dios coja confesadas a las generaciones futuras! Amén.