Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Proyectos comarcales cooperativos

Tienen el Somontano de Barbastro, las Cinco Villas y La Hoya de Huesca un notable historial de cooperación intercomarcal que les ha reportado resultados virtuosos, en algunos casos incluso con los mismos protagonistas. Ahora, se han aliado bajo el proyecto Pirineo clandestino, 11 rutas culturales para descubrir el territorio a través del viejo juego del escondite de largo recorrido luego llamado yincana y, después de haber aceptado la Real Academia esta adaptación gráfica, hoy definido por esa determinación anglicista como "geocaching". Quizás sea esta cierta minusvaloración de nuestra lengua común -una joya de nuestra identidad- el único defecto que encontramos en esta tendencia, por lo demás loable porque tiene su proyección no sólo hacia el exterior, sino que también irradia conocimiento del terreno entre los nuestros.

Aprovechando las tecnologías de vanguardia, el turismo exterior e interior se convierte en juego y pone en valor nuestro patrimonio en Prepirineo Clandestino, ofreciendo una iniciativa que invita no sólo al dinamismo sino también a otros valores como el misterio, la observación, la pericia, la deducción y otras habilidades. De paso, enmarca este destino trinitario como un amplio escenario para disfrutar de experiencias que serán diferenciales, emotivas y memorables, que son las vivencias que los ciudadanos deseamos para nuestros tiempos de ocio.

El turismo reclama hoy servicio -fundamental-, amabilidad -básica-, encantos y, de manera significativa, la creatividad en la oferta de paquetes que nos seduzcan a la hora de escoger por la vía emocional y no sólo por la racional. Aglutinar atractivos contribuye a una suma que se convierte en multiplicación porque la fascinación crece exponencialmente y, por tanto, la competitividad del territorio.