Opinión
Por
  • ANTONIO NADAL PERÍA

Categorías celestiales

En el santoral católico no faltan santos, beatos, vírgenes, señoras y patronos. Estamos más que surtidos. También en el cielo existen las jerarquías o categorías, casi tantas como en el Ejército, y no hay que confundir entre beatas, santas y vírgenes. Santa es la persona que destaca por sus virtudes y es venerada como modelo de perfección, Virgen es la mujer cuando jamás ha habido constancia de que el hombre ha estado en ella, Beata es una difunta que ha vivido una vida de santidad y ha realizado un milagro después de su muerte o ser mártir. El título de Nuestra Señora es exclusivo de la Virgen María. La iglesia católica no hace pública ninguna cifra oficial, creo que la razón es que ha perdido la cuenta, pero algunos estudiosos estiman que son unos 10.000 los santos y beatos reconocidos, según datos tomados de fuentes históricas y de la martiriología católica, según cuenta la Wikipedia. El Papa es la autoridad que puede nombrar beatos y santos al gusto. A fecha de diciembre pasado, el Papa Francisco había inscrito 892 nuevos santos en el canon. Además, en España más de 200 vírgenes y cristos ostentan cargos honoríficos y militares. La buena persona corriente que va al cielo porque se lo ha ganado en vida forma parte de la tropa. Casi cada gremio dispone de su patrón o patrona. Por ejemplo, San Martín de Porres, patrón de los peluqueros, Santa Marta de Betania, patrona de las amas de casa, Santa Lucía, patrona de las modistas, Santa Marta a secas, patrona de las camareras de piso... Pero, que yo sepa, no existe la patrona de las mujeres de los corruptos que no se enteran de sus tejemanejes, que bien podría ser Nuestra Señora de la Ignorancia, ni la patrona de los patriotas, que bien podría ser Nuestra Señora de la Bandera, que exhiben en las manifestaciones y cuelgan de sus balcones. Algunas de las Vírgenes o Señoras oficiales son la Virgen de los Desamparados, Nuestra Señora de la Bien Aparecida, la Virgen de África, Nuestra Señora de las Victorias, la Virgen del Mar, Nuestra Señora del Remedio, Nuestra Señora de la Soledad, la Virgen de la Montaña, Nuestra Señora de la Cinta, Nuestra Señora de la Academia, la Virgen de la Esperanza (a la que se tenían que encomendar Casado y Rivera) Nuestra Señora Virgen de la Calle (oportunidad para ser nombrada patrona de los sin techo), y muchas más.