Opinión
Por
  • MANUEL CAMPO VIDAL

España entra en quirófano electoral

España entra en quirófano electoral
España entra en quirófano electoral

El doctor Pedro Sánchez, ante el agravamiento súbito de las constantes vitales, al tumbarle los Presupuestos Generales del Estado, decidió intervenir. Serán dos operaciones sin anestesia. Una ya prevista para el 26 de mayo con elecciones municipales, autonómicas y europeas. La otra, de urgencia, el 28 de abril, puede cambiar la piel electoral y el Gobierno.

No había lista de espera de pacientes, sino de impacientes. Pablo Casado ya se ve presidente e invoca el "espíritu de Colón". Albert Rivera aspira a ser el más votado de una presunta coalición a tres, con Ciudadanos, PP y Vox. Aunque tiene otra carta que incomoda a Casado: ser vicepresidente con Sánchez si los números no dan en la mesa de juego de Colón y cuadran en la otra. Eso ya estuvo a punto de pasar en 2015 pero Pablo Iglesias, contra la opinión de Íñigo Errejón, lo impidió, socorriendo a Mariano Rajoy. Pudo suceder en Andalucía en diciembre: el PSOE, primera fuerza, hubiera podido investir presidente a Juan Marín, de Ciudadanos, el tercer partido, a cuenta de algún arreglo futuro. Pero a ver quien le contaba el plan a Susana Díaz, leona herida en las urnas.

Esa opción era algo insólito: hacer política, como en la teleserie danesa Borgen. Pero aquí no hay juego político, sino de vísceras. Tampoco han hecho política los independentistas, al exigir la autodeterminación, que saben imposible. De aprobarse los Presupuestos, el Gobierno de Sánchez llegaba al 2020 y ya se vería. Y los impacientes por gobernar y por intervenir Cataluña sin contemplaciones, se desesperarían. Como no ha sido así, Sánchez lleva España al quirófano. Nadie sabe qué puede suceder en ese intento de cambio de piel del día 28 de abril.

El periodista y empresario Lalo Azcona cuenta que, antes de las elecciones andaluzas, escuchó a Bertín Osborne vaticinar que Vox sacaría de ocho a diez diputados, y no cero o uno, como decía el Centro de Investigaciones Sociológicas. Ya ven como andamos: lo acierta un cantante y descarrila el pronóstico del CIS de Tezanos. Cada vez es más difícil hacer una previsión. La fidelidad tradicional de voto a un partido baja y la decisión se toma en el último momento. Puede pasar cualquier cosa. Dependerá también de la participación. El catedrático Julián Santamaría, que prestigió el CIS en 1986 al prever la victoria del SI por doce puntos en el referéndum de la OTAN frente a los doce de ventaja del NO que anunciaban todas las encuestas, estima que la gran polarización de la política actual puede estimular una participación muy alta. La guerra es intensa en todos los frentes. Algunos periódicos se desmelenan. Hay periodistas que leen manifiestos políticos con Fake news clamorosas. En Twitter la escritora Rosa Montero anuncia que no vota al PSOE desde 1982 pero que ahora lo hará. España hierve.

En las nueve semanas que faltan para entrar en quirófano los desvaríos dialécticos pueden atronar. Consuelo Ordoñez, hermana del dirigente del PP asesinado, ha reprendido severamente a Pablo Casado por comparar la negociación de Zapatero con ETA con el diálogo de Sánchez con los independentistas catalanes. Vox ha subido tanto porque se disponían a limitar la caza -que para muchas familias andaluzas no es deporte, sino sustento- y se hablaba de prohibir los toros, como en Cataluña o Canarias. El número dos de Vox, Ortega Smith, se desgañitaba en un mitin: "Y después de los toros, prohibirán el flamenco y después irán a por la copla". Hay quien se lo cree. Muy triste.

Quizás confíe Sánchez en el apoyo de los damnificados por no aprobarse estos Presupuestos. La ayuda a cien mil dependientes queda en el aire. Los parados de más de 52 años ven frustrada su expectativa. Los científicos que celebraban, por fin, el prometido apoyo para no tener que emigrar, van renovando el pasaporte. Eran Presupuestos perfectibles, sin duda, pero esperanzadores para muchísimas personas. Aunque Sánchez confía, sobre todo, en que la amenaza de una regresión movilice al electorado de izquierda. Operación de alto riesgo.