Opinión
Por
  • TEÓFILO MARCO ESTELLA

Eternos intereses y pasiones

He leído que, Afganistán, el valle perdido de Bamiyán es un paraíso y lugar acogedor. A partir del siglo I de nuestra era fue reverenciado santuario budista, donde meditaban seis mil monjes de hábitos azafranados. El idilio duró más de seiscientos años, hasta la invasión de los árabes mahometanos. Que desfiguraron las espléndidas estatuas de Buda y cegaron pérfidamente cada imagen del Iluminado.

Muchos lugares y tierras conquistaron los mahometanos por las armas, por la fuerza, y no por el amor al prójimo, sino por eternos intereses y pasiones. Mahoma se propuso que toda la Arabia había de recibir la revelación de Alá, acatar a su enviado, a él, y pertenecer a su Estado teocrático sobre la tierra. Pensó que era imposible sin la conquista por las armas y a ello se aprestó sin demora. Pocos siglos después de la muerte de Mahoma, ya había conquistado el Estado islámico la mitad del mundo civilizado.

¿Ha cambiado el Islam de táctica Hay mahometanos hombres buenos y pacíficos, pero hay otros hoy en día que son como los de la antigüedad, pues sus actos terroristas y de guerras en gran parte del mundo lo demuestran. Y es que son eternos los intereses y las pasiones del corazón de muchos individuos.